Es cada vez más consciente del enorme impacto ambiental que es una industria de la moda que no solo produce toneladas de desechos textiles, sino también el uso excesivo de agua y otros recursos naturales. Según el programa ambiental de las Naciones Unidas, este sector representa hasta el 8 y el 10% de los gases globales con el efecto invernadero.
A pesar de esto, seguimos comprando más ropa de la que necesitamos. Un fenómeno conocido como modo rápido y que se admite en un modelo que combina una gran producción, bajo precio y consumo impulsivo.
En los últimos años, formas más viables de superar, como alquilar o intercambiar ropa a través de plataformas digitales, éticamente y más circulares, pero aún minorías. Si ya sabemos que el modo rápido está contaminado y hay otras oportunidades ambientales con el medio ambiente, ¿por qué nos cuesta tanto cambiar nuestros hábitos?
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¿Qué fomenta el cambio de resiliencia?
Desde el punto de vista del comportamiento del consumidor, podemos ver la gran brecha entre lo que decimos y lo que hacemos. Aunque hay muchas personas que expresan preocupaciones ambientales, en la práctica todavía compran ropa nueva regularmente. ¿Qué factores están detrás de este comportamiento? ¿Qué barreras evitan la adopción de un modelo compartido de ropa?
Según mi investigación, publicada en la revista de investigación de textiles y ropa, podríamos destacar tres factores clave:
Confianza: al levantar la idea de compartir ropa con otras personas, preocupaciones sobre la higiene, el estado de la ropa o las transacciones de seguridad. Si el usuario no tiene una referencia o garantía clara para los aspectos anteriores, es más grave desconfianza.
Facilidad de uso: muchas personas no saben cómo funcionan estas plataformas o las perciben como complicadas. El esfuerzo requerido para aprender o personalizar el sistema es un factor clave cuando se trata de alentar o evitar que los usuarios los usen.
Identidad personal: el vestir no es solo para cubrir, sino también la forma de expresar quiénes somos. Un cierto porcentaje de la población cree que usar ropa prestada o intercambiada no coincide con su imagen ni con su estilo. La percepción de la pérdida de parte de su identidad puede hacer que los usuarios rechacen este tipo de consumo.
Las barreras anteriores también están conectadas a un aspecto práctico y emocional. Lo que nos recuerda que, al consumir, nuestros sentimientos, percepciones y costumbres también afectan.
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Perfil de archivo
A pesar de los obstáculos anteriores, se advierten las señales de los cambios que están comenzando. Entre los grupos demográficos que muestran una mayor apertura de modelos de consumo alternativo, mujeres jóvenes, urbanas, con mayor capacitación y alta presencia en las redes sociales, que valiosa y sostenibilidad y originalidad y destacadas.
Para este segmento de la población, el alquiler o el intercambio de ropa ofrecen diversidad, ahorros económicos y forma de consumo de acuerdo con sus principios éticos y estéticos.
Y cada vez más plataformas exploran este nuevo NIS, así como la mayor cantidad de mono o Ecody. Estas son empresas dedicadas a combinar un diseño atractivo, tecnología fácil de usar y narración ambiental positiva. Además, ofrecen opciones flexibles, como suscripciones mensuales y promover beneficios sociales, como la reutilización de la ropa y el empoderamiento de las mujeres. Por otro lado, las iniciativas sociales como una red de moda, una red de tiendas usadas que lanzaron caritas y combinan la reutilización textil, que implica trabajo y gastos responsables, también se destacan.
La clave de este nuevo sector se basa en ofrecer experiencias que no solo son éticas, sino también prácticamente, estética y emocionalmente satisfactoria. Cuando el mensaje de sostenibilidad va de la mano con comodidad y estilo, es más fácil generar pegado y hábito.
Aumentar la ropa común
Sin embargo, para que la ropa común sea una verdadera solución contra la moda rápida, las buenas intenciones no son suficientes; También es necesario tener condiciones favorables que le permitan. Esto implica un uso fácil de la tecnología, el apoyo a las instituciones y los cambios en los hábitos de gasto.
Por un lado, las plataformas deben mejorar su diseño y comunicación. Deben estar disponibles, claros, seguros y generar confianza desde el primer clic, garantizar que la experiencia del usuario sea fácil e intuitiva. Por otro lado, es importante invertir en campañas educativas que generen beneficios sociales y ambientales visibles de la ropa de ropa.
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También es esencial ofrecer incentivos atractivos, como descuentos, suscripciones flexibles o garantías de calidad que alientan a más personas a probar este modelo de gasto. ¡Más fácil y atractivo, será más rápido adoptar!
En este sentido, las políticas públicas pueden desempeñar un papel clave. Entre las medidas que pueden facilitar este cambio, creando exenciones fiscales para plataformas circulares, apoyo a la economía colaborativa local, campañas de concientización institucional y regulaciones que promueven la reutilización textil.
La Unión Europea ya ha comenzado esta vez a través de su estrategia para productos textiles sostenibles y circulares, lo que propone expandir vidas útiles de ropa y mantiene el ciclo completo de sus productos de la compañía.
Además, informes como la transparencia de la moda de la revolución de la moda o el trabajo de la Fundación Ellen MacArthur ofrecen un diagnóstico riguroso y valiosas recomendaciones para acelerar las transiciones de manera responsable.
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Cambio en el progreso
La ropa común no es una solución integral para poner fin al gran dilema de la moda, pero viene como una propuesta que es parte del cambio. Si esta corriente logra superar las barreras culturales, psicológicas y tecnológicas que enfrenta, facilitando su uso, generando confianza y conectarse con valores positivos, podemos acelerar la transición al consumo de moda responsable.
Además de la reducción de residuos, este modelo puede ayudarnos a revisar la moda como una experiencia colectiva y sostenible, a diferencia de lo que actualmente representa: una carrera de gasto individual.
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