Cuando Keita llegó a España procedente de la República de Guinea apenas podía comunicarse. Hoy, siete años después, trabaja en Albacete.
El idioma es una herramienta esencial para mejorar la integración de los migrantes no hispanohablantes, especialmente aquellos que llegan en condiciones vulnerables. En España, el 13,4% de la población tiene ciudadanía extranjera, y el 18,2% nació fuera de España, según datos de 2024.
El desafío de la integración aumenta cuando el origen no corresponde a países de habla hispana, como lo hacen muchas personas que buscan protección internacional. Desconocer el idioma del país de acogida impide que la población inmigrante tenga acceso a las mismas oportunidades.
La lengua como puerta a la integración
La admisión es un desafío económico, legislativo, político, sanitario, social y educativo. La lengua del país de acogida se considera la clave para acceder a derechos básicos y en consecuencia a una vida más autónoma y digna.
Existen iniciativas que facilitan la integración lingüística de estos inmigrantes no hispanohablantes. Iniciativas como INCLUDEED o REBUILD tienen su origen en diversas universidades e instituciones europeas. Estos proyectos tienen como objetivo facilitar la integración social y lingüística a través de la cooperación institucional y la innovación. También hemos diseñado una iniciativa pedagógica llamada ELIM con la que utilizaremos el conocimiento del idioma específicamente para superar situaciones de vulnerabilidad.
¿Qué pasa en las aulas de español para inmigrantes?
Yo diría que ningún profesor puede olvidar jamás la experiencia de enseñar español por primera vez a inmigrantes. Poco importan años de formación, experiencia en la enseñanza de idiomas o materiales y metodologías que siempre funcionan. Nadie nos prepara para un contexto lleno de tantas particularidades.
Estas aulas se caracterizan por una constante diversidad cultural y lingüística que nos obliga a repensar la forma de enseñar en cada momento. Es habitual que tengamos alumnos de países de habla árabe, como Marruecos, Ucrania o Rusia, además de otras lenguas de países africanos: wulof, fulani o bambara, por ejemplo.
Las tasas de aprendizaje son muy heterogéneas. Por un lado, existen limitaciones en materia de alfabetización y lectura. Mucha gente nunca iba a la escuela con regularidad. Por otro lado, hay personas con doctorados, que han alcanzado el más alto nivel académico o que han sido profesionales radicados en sus países de origen.
A estos factores hay que sumar las experiencias traumáticas que vivieron antes de la emigración, durante el desplazamiento o tras su reciente llegada a una sociedad nueva y diferente. Los testimonios no suelen ser fáciles de procesar. El duelo por la migración también afecta los estados emocionales, mentales y motivacionales. Las obligaciones familiares normales, las restricciones de salud o los procedimientos burocráticos tienden a dominar y afectar el proceso de enseñanza y aprendizaje de idiomas.
Posibles líneas de acción
Por tanto, el desafío va más allá de la enseñanza de idiomas. Los centros y docentes deben considerar las siguientes recomendaciones:
Analizar las necesidades reales de los estudiantes. No sólo es importante el nivel del idioma o la capacidad de leer y escribir, sino también otros elementos más subjetivos como las motivaciones para el aprendizaje, las experiencias previas o la importancia del factor psicológico por el duelo migratorio.
Priorizar el aprendizaje funcional y promover un enfoque comunicativo extremo. Conviene contextualizar contenidos y diseñar actividades adaptadas a la realidad social y cultural de la inmersión. No sería apropiado discutir temas como las vacaciones cuando muchos migrantes nunca las han tenido. Por otro lado, los trámites burocráticos, los trámites administrativos, la búsqueda de empleo o vivienda y el acceso a servicios básicos son elementos clave de su vida diaria.
Diseñar materiales y actividades adaptados a la realidad. Hay varios manuales y materiales disponibles para enseñar español a inmigrantes. Centros y profesores hacen un gran trabajo de diseño y creación que, lamentablemente, no se suele compartir con la comunidad.
Considerar la dimensión afectiva e intercultural, aceptar la alfabetización como un segundo componente y dejar la evaluación en un segundo plano.
Cooperación y apoyo institucional
No existe un marco estructurado de cooperación y apoyo institucional relacionado con la integración sociolingüística de los migrantes.
El primer paso sería estrechar los lazos entre profesores de español para inmigrantes. Asimismo, es vital promover la cooperación interinstitucional, que incluya no sólo a organizaciones y asociaciones no gubernamentales, sino también alianzas con organismos públicos, universidades o el propio Instituto Cervantes. Sólo así se comenzarán a suprimir barreras burocráticas y económicas, garantizando que estos elementos no limiten el acceso a la educación lingüística.
Es esencial el reconocimiento de la profesión por todas las autoridades competentes. Enseñar español a inmigrantes es mucho más que aprender el idioma. Se trata de abrir la puerta a construir un futuro con más oportunidades y menos desigualdad.
En palabras de Keita: "Aprender español me ayudó mucho. Cuando llegué aquí no sabía ni decir 'hola', no podía comunicarme con la gente y es imposible trabajar de esa manera. Ahora soy maquinista y cada vez que pienso en ello me siento muy feliz".
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