En un contexto social en el que la tecnología funciona más rápido que nosotros, es importante saber qué hacer con él para aprovechar al máximo nuestras vidas. Los datos sobre el último consumo digital recopilado por el Instituto Nacional de Estadística confirman el uso intensivo y generalizado de la tecnología de población española, consolidando su presencia en casi todas las áreas de la vida cotidiana, y personalmente en el hogar en la casa y a nivel social como una herramienta comunicativa.
Los datos recientes de nuestro estudio sobre beneficios digitales con la Universidad Europea de Bienestar Social (Eunivell) confirman esta tendencia intensiva de consumo en Europa.
La tecnología facilita la vida de la población de adultos europeos en muchos aspectos, tanto en la parte (con percepción de mayor productividad y facilidad para la conciliación personal) como en el campo de las relaciones sociales. Sin embargo, también notamos efectos secundarios como fatiga tecnológica, exclusión de dificultad o desconfianza de cierto contenido digital, incluidos los producidos por la inteligencia artificial generativa.
Tecnología para mostrar la mejor versión de nosotros mismos
El uso de la tecnología con un propósito consciente nos permite usar nuestro desarrollo personal e integral. No está solo o no, sino que este enlace es, si es necesario, consciente y significativo para nosotros. De esta manera, nos ocupamos de nuestro equilibrio personal, nuestro trabajo y relación educativa o nuestras relaciones sociales. Se utiliza de esta manera, la tecnología nos ayuda a aprender, nos preocupamos por nosotros mismos y por qué no, para mostrar la mejor versión de usted mismo.
Por ejemplo, realizar videollamadas con nuestros seres queridos o leer la impresión digital en la mañana puede considerarse un uso consciente y saludable de la tecnología, ya que nos permite fortalecer las conexiones familiares o estar bien informados.
Por el contrario, el consumo incompetente se manifiesta cuando tomamos un móvil sin un motivo claro, como una TIC inconsciente o por temor a perder algo, un fenómeno conocido como FOMO (por un acrónimo en el miedo inglés a faltar).
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Este tipo de comportamiento se asocia con interrupciones tecnológicas diarias, que son frecuentes interferencias en nuestras acciones diarias causadas por el uso constante de dispositivos digitales durante el día. Estas interrupciones pueden afectar negativamente nuestra productividad, concentración, comunicación, bien general, el compromiso e incluso las relaciones sociales.
De esta manera, cuando nuestros conectores tienen un momento y un propósito claros, dejamos de consumir automáticamente. Recuperamos las riendas de nuestro consumo tecnológico, nuestra conciencia deja de estar en "piloto automático" y estamos menos expuestos a la fatiga o la desconfianza. Por lo tanto, podemos obtener una tecnología máxima para nuestra autopreacealización.
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En esta línea de tecnología puede apoyar el aprendizaje formal en instituciones educativas y cursos en línea. Pero son especialmente interesantes para aquellos que no son, y no son parte de la comunidad educativa regulada, quieren usarlos seguros para mejorar su entrenamiento personal. Romper las barreras geográficas y la transferencia de la cultura de curiosidad, búsqueda, prácticas y aprendizaje autosuficientes.
El primer ejemplo de un autoensamblaje tecnológico se ve en el movimiento del fandom. Los fanáticos fueron los primeros en crear productos artísticos y culturales a partir de libros o películas, pero ahora estamos viendo esta práctica está muy extendida. La librería y la librería, por ejemplo, aprenden a hablar público y a realizar un análisis literario de sus libros favoritos durante el manejo de las redes sociales.
También podemos ver ensayos o remixes audiovisuales, donde están en auto -estudio, son muy jóvenes, al mismo tiempo, editar videos para ofrecer un enfoque crítico a la cultura popular.
El acceso al conocimiento profesional se democratiza
Además, la tecnología puede ofrecernos aprender toda la vida, muchos significados, que podemos compartir con aquellos que coinciden con nuestra pasión o motivación especial, incluso si están al otro lado del planeta, o especialmente por ello.
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La inteligencia artificial generativa también ofrece interesantes oportunidades de autoensamblaje, así como la creación de contenido. A través de numerosas plataformas, podemos resolver inmediatamente dudas sobre cualquier pregunta. AI también nos permite crear contenido digital como música o videos o aprender lenguaje con programas que simulan diálogos naturales y nos ofrecen comentarios actuales.
A diferencia de un motor de búsqueda tradicional que ofrece una lista de conexiones cuando se hace una pregunta, y preparando una respuesta específica con toda la información disponible en Internet que indique fuentes de información utilizada. Esta transparencia en términos de fuentes no garantiza la fiabilidad total de la información; Por ejemplo, se actualice. Todavía es necesario desarrollar un pensamiento crítico al interpretar el contenido generado por la IA.
Los niños tienen una actitud más crítica hacia la IA que los adultos
Un poderoso impulso de que la inteligencia artificial da educación en tiempo a sí mismo también establece un gran desafío: comprender su impacto en los procesos cognitivos y la creatividad humana. En este sentido, el Instituto de Datos recientes de Alan Turing revela que los niños entre 9 y 12 años tienen un acceso crítico más agudo y a los adultos, incluida la conciencia de errores y sesgos en las decisiones algorítmicas.
Estos datos sugieren que, cuando los niños entran en contacto con una inteligencia artificial desde una edad temprana, naturalmente puede acercarlo al mundo, son aceptados pasivamente, tienden a cuestionar los resultados que ofrecen. Esta posición crítica es más baja en los adultos que mostrar una mayor confianza en la tecnología, su capacidad para detectar errores o restricciones se puede reducir.
Por lo tanto, la importancia de la educación específica en la inteligencia artificial, que ahora se conoce como alfabetización, tanto a la edad temprana como a los adultos. Aquellos que aprenden a comprender, usar y se relacionan críticamente con la IA, utilizarán mejor sus oportunidades para el aprendizaje autónomo y el desarrollo integral como personas.
Sería interesante, para promover el autoensamblaje y el uso tecnológico hacia el bien, no limitar las conversaciones más jóvenes que usan pantallas, sino que se centran principalmente en su uso y con un propósito claro para su propósito independiente y claro.
Podemos interrumpir muchos problemas que son la tecnología utilizada en modo automático.
La versión original de este artículo fue publicada en la revista Telos, por Foundation Telephone.
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