Los indicadores que permitirían calificar al país como situado "sobre bases internas sólidas" para salvarse económicamente de un "entorno internacional turbulento" van acompañados de la enfática petición del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el Gobierno emprenda reformas fiscales y estructurales en el corto plazo y un estudio adicional publicado esta semana sobre un déficit presupuestario crónico que refleja un déficit presupuestario crónico. Los gastos no están cubiertos.
Sólo falta para el trasfondo de las nefastas narrativas provenientes de la oposición, los más reacios a ver aspectos positivos en la gestión del presidente Luis Abinader y que no se abstienen de utilizar artillería desproporcionada para asumir que la República está en "decadencia económica y desgaste político" o sufre la extradonación de "servicios básicos".
Y añadió: "La oposición está demostrando su crónica pobreza conceptual al apegarse al guión de la crítica sin darse cuenta de que en realidad está ganando puntos para el gobierno. Les llamó a ir más allá de "la crítica por la crítica y abordarla con un poco de racionalidad para darle consistencia y credibilidad".
PREOCUPADO
Sin omitir detalles que sustentan su razonamiento sobre el rumbo de la economía dominicana, ni añadir irritación alguna a sus valoraciones, el Fondo Monetario Internacional parece haber coincidido más que antes con los analistas nacionales que expresan preocupación por el déficit de cuenta corriente, esta vez pidiendo su reducción, lo que podría interpretarse como la fijación de un plazo ineludible.
Y aunque confía en una recuperación económica inminente, no deja de señalar que el crecimiento se ha desacelerado desde finales de 2024 y el primer semestre de 2025 debido al aumento de la incertidumbre y a las condiciones financieras restrictivas que aún existen como freno al desarrollo, que podrían amenazar la estabilidad.
En su reciente informe al gobierno, el FMI, con frases enfáticas que sin embargo desprendían optimismo, reiteró que las autoridades dominicanas deben mantener una política fiscal cautelosa al tiempo que llamó a aumentar la inversión pública, que ha caído al nivel más bajo en más de dos décadas.
"Las reformas fiscales y estructurales, especialmente en el sector eléctrico, son esenciales para mejorar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo", añadió, señalando que los subsidios en el sector están aumentando y aumentando, mientras que las tarifas por la energía entregada, incluida la energía robada, están cayendo y cayendo, con la fácil reacción del gobierno de aumentar la deuda hasta el punto de ser indeseable.
En este sentido, tras estudiar los puntos claves de la propuesta de presupuesto general del Estado para 2026, la economista Rosa Cañete Alonso, de destacada trayectoria en el PNUD y que recibió su maestría esta semana, le preocupa que "la República Dominicana siga destinando más recursos para cubrir deudas del pasado que para invertir en su futuro y desarrollo". Sostuvo que este país está "atrapado en un peligroso círculo vicioso de ingresos estancados y consumo rígido y en constante aumento".
SEGUNDA VERSIÓN
Distinguiéndose, una publicación muy reciente del Banco Central destacó que "la República Dominicana experimentó un crecimiento económico sostenible en la atracción de inversión extranjera directa a pesar de un entorno internacional desafiante, y aunque el flujo de inversión directa a nivel mundial cayó un 11%, mientras que en República Dominicana aumentó un 3%" en 2024, "y con el nivel máximo absoluto en ese país". cubrir cómodamente el déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos".
Con base en los datos antes mencionados, el Banco Central anunció categóricamente que se ha demostrado que la economía dominicana con sus actuales fundamentos estructurales no solo ha mitigado el impacto global negativo sino que también ha fortalecido su posición relativa en la región, experimentando un crecimiento en los flujos de inversión en 2024 cuando aumentaron un 49.7% respecto a lo ocurrido en 2019 antes de la pandemia.
Confirmando el desempeño positivo, el Banco Central consideró evidente "la solidez de los fundamentos macroeconómicos del país y su capacidad para sostener la entrada de capital extranjero incluso en el contexto de inestabilidad internacional".
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