La ignorancia y la superstición siguen siendo los caballos de batalla de nuestra sociedad. Se han publicado varios titulares sensacionalistas en torno al cometa 3I/ATLAS, pero una vez más la evidencia científica, la interpretación rigurosa y los datos que lo corroboran pueden superar todo el revuelo. En el artículo anterior cubrimos su descubrimiento y campaña de estudio internacional, en esta ocasión repasamos su naturaleza y composición.
Composición similar a los objetos transneptunianos.
Desde mi equipo de investigación, dirijo un artículo reciente que muestra nueva evidencia de la naturaleza cometaria de 3I/ATLAS. Este visitante interestelar parece ser un cuerpo similar a los objetos transneptunianos conocidos en el Sistema Solar, de los que creemos que se originaron ciertas condritas carbonosas, los meteoritos más antiguos conocidos. Nuestro estudio, publicado anticipadamente de posible interés para la comunidad científica en la plataforma ArXiv de la Universidad de Cornell, confirma la similitud del visitante interestelar con los cuerpos helados transneptunianos.
Nuestro conocimiento de los meteoritos nos permite ahora ir más allá, revelando su naturaleza prístina, es decir, su estado más puro, original e intacto, sin cambios. Encontramos una presencia importante de hielo de agua y un contenido de granos metálicos que hoy, tras miles de millones de años de exposición a colisiones y otros procesos, no es muy común en los materiales formativos de estos objetos transneptunianos.
Estas características han sorprendido a la comunidad científica y explican su capacidad para desarrollar criovulcanismo -la eyección energética de gases y partículas- a medida que se acerca al Sol.

Concepto artístico del inicio de la actividad criogénica localizada del cometa interestelar 3I/ATLAS, aquí hipotéticamente representado cerca de Marte. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC), proporcionado por el autor (no reutilizar)
Incluso si este cometa primitivo se formara en un sistema planetario distante, los materiales de formación no eran tan diferentes de los de nuestra vecindad. La confirmación de que la química de formación de planetas, que estamos empezando a comprender, suele reproducirse.
Su envoltura de gas especial
Uno de los aspectos que más ha sorprendido a la comunidad científica es que el componente gaseoso que forma la envoltura exterior del cometa 3I/ATLAS es significativamente diferente al de muchos cometas. ¿Es eso una prueba?
En observaciones a mayores distancias, obtenidas por grandes telescopios que lograron capturarlo espectroscópicamente, se detectó la presencia de monóxido y dióxido de carbono. Fueron interpretados como productos de la sublimación del primer hielo, a temperaturas inferiores a las requeridas para la sublimación del hielo de agua. En general, estos compuestos no son comunes en la mayoría de los cometas, que tienden a mostrar más química reductora –moléculas en estado reducido– y se caracterizan por otras especies químicas como el metano o el amoníaco.
Una pista clave sobre el cambio de brillo del cometa
Nuestro análisis del brillo del cometa en función de su distancia al Sol muestra que, a medida que se acercaba a unos 378 millones de kilómetros, entró en una fase de sublimación más intensa. En ese momento, la temperatura, cercana a -71 ⁰ C, superó el umbral necesario para la sublimación del dióxido de carbono sólido: el hielo seco. Como resultado, el material líquido de naturaleza oxidante comenzó a penetrar en el interior del objeto e interactuar con sus componentes más reactivos: granos metálicos y sulfuros de hierro.
En ese momento, varias partes de la superficie activaron y multiplicaron la producción de gas y polvo micrométrico, aumentando el brillo de la coma en varias magnitudes de luz. A esa distancia del Sol, el cometa definitivamente ha salido de su letargo para experimentar lo que llamamos criovulcanismo.
La sublimación del hielo provocó una fuerte desgasificación del núcleo del cometa, creando chorros de las regiones activas que giran. El núcleo de 31/ATLAS gira sobre su propio eje en unas 16 horas, como concluye un estudio reciente.

Magnitud del brillo del cometa en función del día juliano y la distancia heliocéntrica (r) en unidades astronómicas. La flecha marca el inicio de la activación criogénica del cometa interestelar 3I/ATLAS y también indica la ubicación del perihelio, el punto más cercano al Sol. Imagen extraída de (Trigo-Rodriguez et al., 2025) Josep M. Trigo (CSIC/IEEC), proporcionada por el autor (no reutilizar) Explicación de la abundancia de níquel
Según nuestra investigación, también podemos explicar el exceso de níquel observado en la coma 3I/ATLAS: es consecuencia de procesos que tienen lugar en la superficie y debajo de la superficie del cometa. En particular, procesos conocidos como reacciones de Fischer-Tropsch. En ellos, el agua caliente interactúa con los granos metálicos y genera catálisis de compuestos orgánicos complejos. Estas reacciones tienden a favorecer la emisión de compuestos de níquel en el coma frente a compuestos de hierro.
Es decir, la fuente del criovulcanismo 3I/ATLAS debe deberse a estos extensos procesos de corrosión de materiales prístinos preservados dentro del visitante interestelar. De hecho, calculamos que el 29 de octubre, durante su punto más cercano al Sol, alcanzó una temperatura media de 4⁰ C, lo que permitió una amplia participación de agua líquida y favoreció la aparición de nuevos criovolcanes, como confirman nuestras imágenes.

A la derecha vemos el cometa 3I/ATLAS el 17 de noviembre desde Breda, Girona, obtenido por Pau Montplet con un Celestron de 15 cm en f:7. A la izquierda, un trabajo de Josep M. Trig con el filtro Larson Sekanina revela abundantes chorros que emanan del núcleo de 3I/ATLAS (visibles aquí en negativo). La flecha hacia abajo muestra la dirección de la anti-cola en dirección al Sol. (Pau Montplet/AstroMontseni), proporcionado por el autor (no reutilizar)
Utilizando el telescopio robótico Joan Oro del Observatorio del Montsec (IEEC), hemos podido obtener imágenes de máxima resolución de los distintos chorros de gas y partículas de polvo liberados por el cometa 3I/ATLAS.

Diferentes chorros emergiendo del núcleo del cometa 3I/ATLAS en una imagen obtenida por el telescopio robótico Joan Oro el 13 de noviembre, utilizando el filtro Larson-Sekanina. Josep M. Trigo (CSIC/IEEC), autor proporcionado (sin reutilización) Estudios previos sobre condritas carbonatadas
Para interpretar los procesos que ocurren en el cometa 3I/ATLAS han sido fundamentales nuestros estudios de los procesos de cambio de agua que experimentaron los llamados asteroides de transición hace 4.550 millones de años, donde se originan las condritas carbonosas, trabajo que hemos realizado desde la Sala Blanca de Meteoritos y Muestras Devueltas y otros laboratorios del ICE-CS.
Trabajos anteriores de nuestro grupo de investigación han revelado el importante papel de ciertos minerales contenidos en las condritas carbonosas. Demostramos sus impresionantes propiedades como catalizadores de compuestos orgánicos complejos. Asimismo, la composición química de los más cercanos podría convertirlos en objetivos interesantes para la extracción de recursos en el futuro.
El interés científico por 3I/ATLAS continúa con la campaña de observación promovida por la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAVN). Seguiremos participando en el estudio de este cometa interestelar para conocer más detalles sobre su comportamiento.
La vida en otros mundos
Si asumimos un diámetro de un kilómetro y una composición condrítica para el cometa interestelar 3I/ATLAS, la masa estimada sería superior a seiscientos millones de toneladas. Por tanto, este interesante vagabundo celeste, con su contenido en hielo, materia orgánica, metales y gran capacidad catalítica para generar compuestos orgánicos complejos, parece estar buscando un entorno propicio para favorecer el surgimiento de vida en otros mundos. Afortunadamente, en nuestro caso se nos pasará de largo.
0 Comentarios