Cuando hicimos la investigación bibliográfica que precedió a nuestro trabajo sobre la caracterización ecológica de la región de Puna Seca y el desierto de Atacama, en América del Sur, nos llamó la atención que la mayoría de los trabajos publicados hasta ese momento fueron realizados por equipos extranjeros, sin participación alguna de investigadores locales.
Si trasladamos esta situación, por ejemplo, a Francia, ¿sería posible y aceptable que los volcanes Puis de Auvergne o el glaciar Mar de Hielo fueran estudiados exclusivamente por equipos de organismos de investigación argentinos, chilenos, peruanos o bolivianos, sin la participación de investigadores de instituciones francesas?

Ubicación geográfica del secano de la Puna (rojo) y del desierto de Atacama (amarillo). Fourni por el autor Laboratorios naturales
Suva Puna y el desierto de Atacama son regiones del mundo que abarcan cuatro países (Argentina, Bolivia, Chile y Perú). Su extrema aridez da forma a paisajes que muchos describirían espontáneamente como "lunares" o "marcianos". Estas dos regiones, de hecho, corresponden a lo que en la jerga científica se denominan "análogos planetarios": lugares geográficos presentes en la Tierra, pero que pueden parecerse a entornos extraterrestres.
Por lo tanto, la Puna Seca y el desierto de Atacama se consideran buenos análogos terrestres de Marte y actualmente pueden representar condiciones fisicoquímicas similares a las que pudo haber tenido el planeta rojo durante su historia geológica. Por tanto, son enormes laboratorios naturales para los campos de la ciencia planetaria y la astrobiología. Su rareza también despierta el interés de científicos de todo el mundo.

Comparación del paisaje terrestre del desierto de Atacama durante la campaña de búsqueda de meteoritos y el paisaje marciano fotografiado por el rover Curiosity. Arriba: Luigi Folco/Abajo: NASA/JPL-Caltech/MSSS, CC BI La mayoría de los científicos extranjeros
¿Cómo se pasa de una vaga impresión a la certeza de que en la zona geográfica en cuestión predominan las empresas extranjeras? Nuestro equipo franco-chileno, compuesto por geólogos, geofísicos, astrofísicos y biólogos, ha establecido un método sistemático para comparar artículos basados, de una forma u otra, en las extraordinarias características de Puno Seca y el desierto de Atacama, en los campos de las ciencias planetarias y la astrobiología.
Nuestra impresión fue confirmada en un artículo publicado en la revista Meteoritics and Planetary Science: de los 5.369 artículos analizados de la selección general en ciencias de la tierra, 161 en ciencias planetarias y astrobiología, más del 60% de los trabajos fueron publicados sin la participación de ningún investigador perteneciente a una institución nacional de uno de los países anfitriones del At Punacama Ten.
El desequilibrio revelado es similar al de otras disciplinas científicas y no se limita a esta región.
Safari científico
La valorización científica del patrimonio natural de algunos países, sin la contribución significativa de los investigadores nacionales, está provocando una creciente preocupación en parte de la comunidad científica.
Durante este trabajo, descubrimos términos relativamente recientes (acuñados desde los años 2000) como "ciencias del helicóptero", "ciencias del paracaídas", "ciencias del safari" o "ciencias neocoloniales", que permiten nombrar prácticas caracterizadas por la implementación de proyectos de investigación científica realizados por equipos de países desarrollados (Norte Global) en países en desarrollo (sin ninguna participación de la investigación local en el Sur).

Norte Global (países en azul) y Sur Global (países en rojo)/Proyección cartográfica "alternativa" (orientación Sur-Norte, meridiano de Buenos Aires, proyección equivalente a la Tierra).
Estas prácticas tienden a considerarse poco éticas y el tema se convierte en objeto de debate y publicaciones en el campo de las ciencias básicas: la mayoría de las veces en forma de diagnóstico general, pero también en términos de cuantificación.
Iniciativas anticoloniales
Algunas revistas científicas, incluida Geoderma (referencia en el campo de las ciencias del suelo) desde 2020, han tomado la iniciativa de adoptar una postura inequívoca contra las prácticas científicas neocoloniales. De esta forma, allanan el camino para modificar la política editorial con el fin de tener en cuenta la necesidad de incluir a investigadores nacionales en las publicaciones científicas.
Este es el caso, por ejemplo, de todas las ediciones de PLOS, que a partir de 2021 exige la cumplimentación de un cuestionario para la inclusión de investigadores nacionales en investigaciones realizadas en terceros países. Desde entonces, este requisito ha sido imitado en el mundo editorial académico.
Por ello, la exigencia ética de las investigaciones realizadas en el extranjero se está convirtiendo en una norma editorial importante, aunque todavía no sea la mayoritaria. Sin embargo, podrían activarse otras palancas, como marcos legislativos nacionales o internacionales restrictivos que impongan la participación de investigadores nacionales en el trabajo de campo de científicos extranjeros.
En Francia, por ejemplo, la ejecución de programas de investigación en territorios excepcionales como las islas Kerguelen (territorio subantártico francés en el Océano Índico) o la Tierra Adelia en la Antártida requiere que el proyecto sea dirigido por un agente titular de un organismo público de investigación francés.
Así, ya existen modelos que permiten evitar este problema de apropiación cultural del patrimonio científico natural por parte de investigadores pertenecientes a instituciones extranjeras. Sin embargo, creemos que es necesario que la comunidad científica realice una autoobservación de estas prácticas.
Imperialismo en el conocimiento
Este es el objetivo del estudio que realizamos y de otros trabajos similares que se han difundido desde hace varios años: visibilizar estas prácticas científicas neocoloniales -sobre todo, cuantificar el fenómeno- para que el problema sea discutido en la comunidad.
Esto permitió a nuestro equipo plantear preguntas fundamentales sobre su práctica científica y (re)descubrir las importantes contribuciones de sociólogos y epistemólogos que han estado haciendo durante más de 60 años sobre las raíces históricas profundas que pueden conectar el colonialismo, el imperialismo y la ciencia y, de manera más general, las relaciones entre el centro y la periferia (por ejemplo, los desequilibrios entre instituciones metropolitanas o instituciones de la región).
El ejemplo de Suva Puna y el desierto de Atacama ilustra así las diferencias económicas, científicas y tecnológicas que se acentúan progresivamente entre el Norte y el Sur global.
Las ciencias planetarias y la astrobiología han estado históricamente asociadas al desarrollo tecnológico de programas espaciales ambiciosos y muy costosos cuyas principales ambiciones no eran científicas. En este contexto, los países del Sur Global no tuvieron la oportunidad de utilizar la conquista del espacio en la segunda mitad del siglo XX para el desarrollo de la comunidad científica local en estas disciplinas.
Cooperación Norte y Sur
Actualmente se realizan esfuerzos en el continente sudamericano para paliar esta situación y de esta manera facilitar la identificación de interlocutores científicos nacionales por parte de investigadores de instituciones extranjeras.
También ha habido iniciativas entre algunos investigadores sudamericanos y sus homólogos del Norte Global para desarrollar iniciativas de investigación locales en áreas específicas de la ciencia planetaria y la astrobiología (por ejemplo, si nuestro equipo lo sabe bien, la investigación de meteoritos en Chile).
En el campo de la astronomía, la creación de grandes observatorios internacionales en el territorio de Chile permitió estructurar una comunidad local de astrónomos que representa un buen ejemplo del inicio de una fructífera cooperación entre el Norte y el Sur globales.
No olvidemos mencionar el significativo y ejemplar desarrollo de la astrobiología en México, siguiendo los pasos de los científicos mexicanos Antonio Lascán y Rafael Navarro-González. Esto demuestra que aún es posible una estructuración local independiente que genere dinámicas positivas para todo el continente sudamericano.
Sin embargo, todas estas iniciativas siguen siendo demasiado pequeñas o demasiado desequilibradas a favor del liderazgo del Norte Global y no pueden reemplazar un profundo esfuerzo de autocrítica por parte de la comunidad científica.
0 Comentarios