En todo el mundo, las instituciones políticas están amenazadas y la democracia está en juego. La profundización de las divisiones políticas, la apatía política y el ascenso de líderes populistas oportunistas han contribuido al declive democrático generalizado y al aumento del autoritarismo.
Para afrontar este desafío se necesitan ciudadanos activos y comprometidos. En Canadá existe una fuerte sensación de que el compromiso cívico está en declive, especialmente entre los jóvenes. Una investigación reciente encargada por la Fundación Max Bell -una organización benéfica que trabaja para mejorar los resultados educativos, sanitarios y medioambientales de los canadienses- sugiere que la verdadera historia puede ser más compleja.
Nuestra investigación sobre el compromiso político encontró que, si bien los jóvenes canadienses de hoy participan menos en actividades políticas convencionales, son cada vez más activos en otras formas menos tradicionales. ¿Cómo animamos a los jóvenes a involucrarse en todas las formas de vida cívica?
Boletas antiboicot
Nuestros análisis de la votación electoral canadiense y los datos de encuestas recopilados a través de los proyectos Canada Election Study y Democracy Checkup ilustran claramente que los jóvenes se diferencian de los canadienses mayores en la forma en que participan en la vida cívica y política.
Los canadienses de entre 18 y 34 años tienen menos probabilidades de votar que los de otros grupos de edad y tuvieron la mayor caída en la participación de 2015 a 2021, cuando votaron menos de la mitad de los jóvenes canadienses elegibles.
Los jóvenes generalmente tienen menos conocimientos y menos información política que los adultos mayores.

Participación de votantes en las recientes elecciones federales canadienses por año. (Elecciones Canadá)
Al mismo tiempo, los jóvenes canadienses lideran debates políticos en línea, siguen a los políticos en las redes sociales y movilizan a sus pares a través de plataformas digitales. Es más probable que participen en protestas, peticiones y consumismo político (desde boicots hasta golpes de estado) y que se ofrezcan como voluntarios en organizaciones comunitarias y campañas políticas en mayor proporción que otros grupos de edad.

Datos sobre niveles de participación política por edad. (Encuesta Chequeo Democraci)
La verdadera historia no es que a los jóvenes no les importe o no sean políticos. Se trata de alejarse de la participación formal y convencional en favor de formas alternativas de compartir y expresar sus puntos de vista.
Explicando las cambiantes normas de participación
Nuestro análisis sugiere que los canadienses más jóvenes se diferencian de sus homólogos mayores en factores clave que influyen en si participan y cómo lo hacen.
Muchos jóvenes canadienses citan la falta de tiempo como una barrera para la participación, tienen niveles más bajos de conocimiento político, reportan niveles algo más bajos de interés en la política y luchan por establecer la conexión entre la política y los temas que les interesan.
Nuestro trabajo también sugiere que es notablemente menos probable que los jóvenes vean la participación cívica, como votar, como un deber, y es mucho más probable que se vean influenciados por si creen que su participación marcará una diferencia.
Esto presenta un desafío particular, ya que los jóvenes también tienden a expresar un mayor nivel de escepticismo sobre la importancia de su participación.
Un último hallazgo sorprendente es que tal vez sea necesario prestar más atención a comprender cómo la polarización política afecta a los jóvenes. Los jóvenes pueden verse cada vez más alejados de la política por la hostilidad y el conflicto que quieren evitar.

Un votante hace cola en un colegio electoral para votar en las elecciones federales de Toronto en septiembre de 2021. THE CANADIAN PRESS/Chris Young Compromiso cívico después del día de las elecciones
Los jóvenes no parecen cerrarse, sino que encuentran diferentes maneras de participar. Sin embargo, la disminución del interés en el compromiso político a través de instituciones formales es una preocupación real para la democracia en Canadá.
Entonces, ¿cómo aprovechar áreas donde los jóvenes ya están comprometidos y lograr que los jóvenes vuelvan a participar en formas convencionales de participación cívica como votar?
Nuestras conversaciones con organizaciones de la sociedad civil sugieren que la participación cívica comienza con programas efectivos de educación para la ciudadanía en las escuelas, al tiempo que resaltan los desafíos que enfrentan estos programas, desde la capacitación docente hasta el diseño curricular y la sostenibilidad en el tiempo.
También destacan el desafío de llegar a los jóvenes mayores, especialmente aquellos que los estadísticos llaman NEET, es decir, que no trabajan, ni estudian ni reciben capacitación. Nuestros entrevistados compartieron sus propias estrategias exitosas y enfatizaron la importancia de llegar a los jóvenes donde estén y a través de los medios y plataformas que prefieran.

Los jóvenes expresan mayores niveles de escepticismo sobre la importancia del voto. (David Trinks/Unsplash) ¿Qué sigue?
Las democracias de todo el mundo están bajo presión y Canadá no es una excepción. En este momento, es más importante que nunca prestar atención al compromiso cívico de los jóvenes.
Invertir en educación cívica y fomentar la participación cívica desde una edad temprana ayuda a los jóvenes a tener voz en la política. Pero quizás lo más importante es que también puede mostrar cómo el compromiso cívico puede generar cambios y desafiar los sentimientos de impotencia que impulsan la desconexión. La participación de los jóvenes ayuda a desarrollar hábitos para toda la vida y es esencial para sostener la democracia para las generaciones venideras.
El futuro de la democracia canadiense está en manos de nuestra juventud. Deben estar equipados con el conocimiento y las habilidades para mejorarlo.
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