Una de cada tres mujeres en edad reproductiva tiene fibromas uterinos, tumores que crecen en la capa muscular del útero. Aunque son benignos, causan síntomas que afectan significativamente la calidad de vida. Específicamente, las personas afectadas experimentan menstruaciones abundantes y dolorosas, anemia, dolor abdominal bajo, incontinencia urinaria, infertilidad y abortos repetidos.
Aunque existen diversos tratamientos, como la terapia hormonal y los procedimientos quirúrgicos, ninguno es completamente efectivo o está exento de efectos secundarios. Pero ¿y si la solución fuera algo tan simple e inofensivo como la vitamina D? Veamos primero cómo se está abordando actualmente este problema generalizado.
Límites de tratamiento
El tratamiento más común es la cirugía. Hay dos opciones: extirpar solo el fibroma, lo que se conoce como miomectomía, o extirpar todo el útero, lo que se conoce como histerectomía. Este último es el único método que puede eliminarlos por completo, pero también evita que la paciente quede embarazada en el futuro.
En cuanto a la miomectomía, más de la mitad de las mujeres vuelven a tener fibromas dentro de los cinco años posteriores a la cirugía. Por tanto, a pesar de ser un tratamiento muy invasivo, no resulta eficaz. Además, estas intervenciones representan un coste elevado para los sistemas sanitarios: el gasto anual estimado es de 34 mil millones de dólares en Estados Unidos, 348 millones de euros en Alemania y 120 millones en Francia.

La enfermera indica la presencia de miomas en un modelo anatómico del aparato reproductor femenino. Pico/Shutterstock
Alternativamente, existe la opción de medicación. Para entender cómo funcionan, debemos recordar que son las hormonas sexuales, el estrógeno y la progesterona, las que controlan el crecimiento de los miomas. En base a esto, los fármacos bloquean la acción de estas hormonas.
Ahora, las hormonas sexuales desempeñan un papel clave en la reproducción femenina. Esto significa que los fármacos que los bloquean producen síntomas similares a los de la menopausia, como sofocos, osteoporosis e infertilidad. Por este motivo, no se pueden administrar durante periodos de tiempo prolongados, lo que significa que los miomas volverán a crecer cuando se suspenda el tratamiento. Además, dado que provocan infertilidad, no son una opción para las mujeres que quieren concebir.
Siguiendo el rastro de la vitamina D
En la búsqueda de alternativas terapéuticas, uno de los factores de riesgo llamó nuestra atención: las mujeres con miomas tienen niveles de vitamina D más bajos que las mujeres sin miomas. Entonces, ¿puede este compuesto frenar su desarrollo? Esta es la misma pregunta que se hizo la comunidad científica y comenzó a investigar.
Pero antes que nada, ¿qué es la vitamina D? Conocida como la "vitamina del sol" porque la mayor parte se produce naturalmente en la piel después de la exposición a la luz solar, es un nutriente esencial para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Su objetivo principal es ayudar al cuerpo a absorber el calcio, que es un proceso necesario para tener huesos fuertes y sanos.
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Pero eso no es todo. También es necesario para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, muscular y nervioso. De hecho, los niveles bajos de vitamina D se han relacionado con una serie de enfermedades.
Experimentos prometedores
Para saber si la vitamina D podría ser un tratamiento viable para los miomas, el primer paso fue estudiar su efecto en el laboratorio. Los primeros experimentos demostraron que ralentizaba el crecimiento de las células fibromas cultivadas in vitro. Posteriormente se confirmó que reducía el tamaño de estos tumores en un modelo animal de ratón, sin efectos adversos para su salud.
Estos resultados sientan las bases para evaluar tratamientos en mujeres con fibromas y deficiencia de vitamina D. En primer lugar, los investigadores confirmaron que cuando los afectados eran tratados con altas dosis de esta vitamina, el crecimiento de los fibromas se ralentizaba.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el exceso de vitamina D es malo: puede provocar náuseas, vómitos, debilidad o insuficiencia renal. Teniendo esto en cuenta, un estudio reciente demostró que dosis bajas de vitamina también reducían el tamaño de los fibromas. Confirman que no es necesario utilizar cantidades tan grandes para frenar su crecimiento, reduciendo los posibles efectos secundarios de la terapia.
Como comentábamos, los medicamentos actuales causan infertilidad en pacientes con miomas, y quizás te preguntes si esto también sucedería con la vitamina D. Bueno, lo que se sabe hasta el momento es que no sólo no afecta negativamente a la fertilidad, sino que incluso puede mejorarla.
Los resultados son alentadores, pero hay que tener en cuenta que el efecto de la vitamina D sólo fue probado en mujeres con niveles de este nutriente por debajo de lo normal. Esto significa que no se sabe si reduciría el tamaño de los miomas en mujeres con niveles normales.
Por último, es importante recordar que el tratamiento siempre debe ser prescrito por personal sanitario cualificado, dado el riesgo que supone la ingesta de dosis elevadas de esta vitamina. Además, cada mujer y cada fibroma es único, por lo que los tratamientos pueden variar de persona a persona.
En definitiva, la vitamina D puede frenar el crecimiento de los miomas o incluso evitar su aparición. Es un tratamiento seguro, sin efectos negativos sobre la fertilidad, y además económico. Su uso podría mejorar la calidad de vida de muchas mujeres y reducir los costes de los sistemas de salud públicos. Aunque todavía se necesitan más estudios, parece que esta podría ser la clave para acabar con los miomas.
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