"¿Cómo pensamos?" Aunque parece una pregunta simple, en realidad es una de las más profundas que una persona puede hacer.
La educación puede responder eso, pero no a través de soluciones prefabricadas, sino aprender a las personas a pensar en sí mismas, cultivar su autonomía y convertirse en seres reflexivos y capaces de dirigir su propio aprendizaje. Pensar no recuerda: requiere métodos que atribuyan el veredicto y expanden el aspecto.
Por ejemplo, un método de poder social para justificar propuestas con argumentos razonables y convincentes.
El papel de los roles de juego lo invita a ingresar a la piel de otro, a tomar sus valores e intereses para comprender cómo sus decisiones.
El estudio comparativo, por otro lado, reconoce que el conocimiento de la cultura y el lenguaje en el lenguaje: las personas de diferentes geografías pueden muy diferentes y reconocer estas diferencias enriquece nuestra propia vida intelectual.
Juntos, todas estas metodologías muestran que hay múltiples formas de pensar, cada una de las cuales configura la forma en que tenemos la intención de decidir y actuar.
En psicología cognitiva, el análisis de este proceso se llama metacognición. El ejercicio de metacognología significa que se da cuenta de nuestros procesos mentales, revelando patrones que los llevan y se desvían a preguntarnos:
¿Qué problema estoy tratando de resolver?
¿Cómo lo hago?
¿Acepto esta respuesta demasiado rápido?
En educación, la metacognición es lo que permite a los estudiantes planificar sus estrategias, monitorear su aprendizaje y adaptar sus métodos. Pero estas habilidades no ocurren espontáneamente, pero deben cultivar intencionalmente.
Intuición versus análisis
El progreso determinado en la comprensión de la metacognición llegó de Daniel Kahneman, Premio Nobel en el año económico 2002. Años, que en su libro fue sintetizado por las más décadas de investigación en psicología para pensar lentamente rápidamente. Kahneman demostró que la mente no funciona como un motor racional único, sino a través de dos sistemas complementarios.
El Sistema 1, rápido, intuitivo y automáticamente, le permite reconocer la cara de un amigo de inmediato, completar la frase de otra persona o arreglar repentinamente antes de que el labio se fijara y se tome conscientemente. Es efectivo, pero propenso a un error, porque se basa en atajos mentales de atajos de la experiencia.
Por otro lado, el Sistema 2 es lento, previsto y analítico y se activa cuando resolvemos un problema complejo, ocurrimos en detalle la evaluación o inscribiendo nuestras primeras impresiones. Es más preciso, pero también más solicitudes, por lo que generalmente evitamos eso.
Kahneman y su co -ésico Amos demostraron tversamente que muchos de nuestros errores de prueba llegan a creer en exceso en el Sistema 1 y no activan el Sistema 2 cuando la precisión es crucial.
En este sentido, Kahneman extiende la tradición filosófica que se extiende desde Platón y Aristóteles hasta Hume, Locke y Wittgenstein: la búsqueda de marcos conceptuales para comprender cómo entendemos, decidimos y actuamos.
Alimentar la experiencia
La llegada de la inteligencia artificial ha cambiado su equilibrio. Si la resolución de problemas se retrasa en las máquinas, el riesgo no es solo que el Sistema 2 se activa insuficientemente, sino que el Sistema 1 se debilita. La intuición no resulta de nada: está capacitado y se alimenta del trabajo del paciente.
Cada vez que enfrentamos el problema, tratamos de soluciones y especificamos nuestros juicios, cambiamos el Sistema 1 con experiencia que necesita desarrollar estimaciones rápidas y precisas en el futuro. Si la IA en nuestro lugar hace estos pasos, se reduce el depósito de experiencias. El Sistema 1 continuará funcionando, pero su experiencia en la biblioteca será más pobre y menos confiable.
El desafío es claro: si se usa sin crítica, una herramienta que promete liberar nuestra energía mental puede dejarnos menos capacidades y para un análisis profundo e intuición rápida. Y dado que no solo refleja que puede impulsar el sesgo humano, y, además, puede crear sus alucinaciones, el ejercicio disciplinado del Sistema 2 es más necesario que nunca.
Sin embargo, utilizado con criterios y puede ayudar en la estructura de pensamiento, ofrecer perspectivas alternativas y fomentar la reflexión. Pero es necesario diseñar experiencias de aprendizaje en las que se comparan los usuarios, solicitando y comparando y escribiendo los resultados ofrecidos por la máquina.
Por otro lado, sin usar y se convierte en una transición cognitiva, una forma de evitar el esfuerzo reflexivo y conformarse con respuestas fáciles.
La pregunta es como
Un estudio reciente en China ilustra bien esta tensión. En el curso académico de inglés, los estudiantes llevaban periódicos reflexivos y participaron en entrevistas. La aplicación de la teoría del aprendizaje experimental, según la cual surge el aprendizaje en el ciclo de acción, la reflexión, los investigadores notaron que los estudiantes que se habían reflexionado en uso y desarrollado conocimiento más profundo e integrado al respecto, por qué y cómo usarlo. El segundo, por otro lado, la trató como un atajo y temía que sus habilidades lingüísticas se debilitaran.
Los autores concluyeron que el uso excesivo y para fines instrumentales podrían socavar el desarrollo del lenguaje, lo que subraya la necesidad de uso del uso, no solo funcional. Las clases son claras: es crucial que se use la inteligencia artificial, pero cómo.
¿Porque?
Método de gestión Los Pet Toyota es un medio simple y poderoso para lograr problemas. El principio es directo: cuando preguntas, y al menos cinco veces, "¿Por qué?" Antes de cada explicación, las respuestas superficiales están detrás y alcanzan sus profundas causas. Este método es un recurso para la gestión, pero también la forma de metacognición: el poder de TI para cruzar la primera respuesta, para probar los supuestos y dirigir conscientemente el pensamiento.
En un mundo donde la IA puede crear una respuesta en casi cualquier pregunta, una ventaja real pertenece a aquellos que conocen el examen de estas respuestas, monitorean su propio razonamiento y eligen intencionalmente cómo continuar. La IA puede ser un socio en ese proceso, pero solo si seguimos siendo los autores de nuestro pensamiento.
Por lo tanto, es necesario adoptar estrategias prácticas que eviten la erosión de ese músculo intelectual tanto esencial que es metacognición. Algunas recomendaciones útiles son:
Reduzca el problema antes de consultar la IA: Defina el propósito, el tema central y la conclusión se espera que se logren.
Verifique las fuentes ofrecidas por AI, seleccione el más confiable y léalas por el espíritu crítico.
No permite que la IA dicte conclusiones; Predecir a sí mismo.
Trabajar en varias iteraciones, idealmente cinco o más, recalculando razonamiento en cada intercambio.
Agregue experiencias personales y su propio pensamiento para hacer un texto original e infalible.
Finalmente, se refleja explícitamente en lo que se ha aprendido en ese proceso; Cada reflejo intensifica la metacognición.
En resumen, la metacognición no debe tomar ni duda para dudar. Consiste en hacerse cargo de la autoridad consciente de nuestros procesos mentales. En una era en la que la IA puede ofrecer una respuesta inmediata a casi cualquier pregunta, la verdadera inteligencia pertenece a aquellos que responden más rápido, pero que pueden cuestionar esta respuesta, reexaminarla y decidir conscientemente cómo progresar.
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