José "Pepe" Mujica, ex presidente de Uruguay, nació el 20 de mayo de 1935. Años en las cercanías de Paso de la Arena en la capital de Montevide. El hijo de inmigrantes vascos e italianos, Demetrio Mujica Terra y Luci Cordano Giorello, se convirtió en una referencia ética y política de una izquierda democrática estricta, honesta y profunda.
Después de enfrentar el cáncer del esófago, que luego hizo metástasis en el hígado, el ex presidente murió el 13 de mayo de 2025. Años. Años. Deja atrás una larga vida política, que comenzó con militante a la edad de 14 años y terminó después de retirarse después de su retiro.
Al igual que el militante de un salmonete en su juventud, el muesto se disparó seis veces, se cerró cuatro veces e incluso logró escapar de los dos. Pasó más de una década (desde 1972 a 1985) en condiciones inhumanas. Aislado y en la oscuridad duró 7 años sin leer un libro, porque contó.
Al regresar a la libertad, después del regreso de la democracia, eligió el camino del diálogo, fue fundado por la participación popular del partido político y lo simplificó, la posición, que luego lo llevó a ser el ministro de ganado, agricultura y pesca entre 2005 y 2008. Años. En 2010, llegó la presidencia de Urugua.
Forma atípica de realizar energía
Su paso a través del poder rompió los moldes, hasta un punto en el que fue recordado hoy como una de las figuras izquierdas más influyentes de la región. Después de ser elegido presidente, después de que la competencia elegida ganó 54.63% contra el derecho Luis Alberto Lacalle, se negó a mudarse a la residencia presidencial y continuó viviendo en su modesta casa con su esposa, la ex senadora Lucia Topolan.
El 90% de las ganancias que recibió para su trabajo, quien en ese momento alcanzó los $ 12,000, fue donado a causas sociales, como construir casas y escuelas. De alguna manera, la gran vivida como pensaba, de acuerdo con un discurso de críticas inquebrantables con el consumismo y el capitalismo no tratado, pero sin caer en la nostalgia del marxismo dogmático. "No estoy mal. Estoy sobrio. El pobre es muy necesario", dijo.
Hitos en su período presidencial y su impronta en la región
Con su llegada a la presidencia, la mortalidad dejó que la izquierda del dogmatismo ideológico se fuera. Su contribución fue ofrecer nuevas fuentes para mantener el habla y refutar las respuestas a la derecha, lo que indicó a la izquierda como una tendencia que gobernó a través de las ideas incompatibles con la economía de mercado, una iniciativa de libre empresa e privada. En respuesta a eso, el Mortus adoptó un modelo de socialismo democrático.
Durante su presidencia, legalizó el matrimonio igual, el aborto y la marihuana, cambió que muchos vieron a muchos como un acto de sabiduría progresiva, no radicalismo. Además, logró reducir de 30% a 10% de pobreza en Uruguay y mejora significativamente en la multiplicación de fuentes de electricidad.
En ese sentido, el capitalismo no conocía algunos de sus efectos positivos, como el desarrollo tecnológico y la mejora en el nivel de vida de muchas personas. Sin embargo, se enfatiza que el sistema era la causa de la desigualdad y responsable del procesamiento de la especie humana.
Esa misma coherencia lo aplicó en ese momento en relación con otros líderes. Mientras condenaba a Pinochet, también hizo críticas muy fuertes sobre la dictadura de izquierda y le dio una cierta legitimidad. Por ejemplo, nunca estuvo cerca de Nicolas Maduro.
Fans de izquierda a derecha
Su estilo directo, su pensamiento crítico y su privilegio de rechazo lo han convertido en una referencia global. Líderes como Gabriel Boric lo admiraban como un faro ético. Otro, incluso a la derecha, como Juan Manuel Santos y Sebastian Piner, lo respetaron profundamente por su estado de ánimo democrático y su lugar para el diálogo.
En contraste, tenía una conexión remota y, a veces, tensa con Cristina Fernández y Nestor Kirchner, quienes criticaban la ironía y la sinceridad. Aún así, nunca fue sectario. Para él, el poder era un instrumento que sirve, no el uso. "El poder no cambia a las personas, solo revela lo que son", dijo.
Esa coherencia lo convirtió en un puente entre el mundo. A diferencia de otros líderes que declararon la igualdad mientras vivían en un petróleo, siempre ha permanecido cerca de la vida de un ciudadano conjunto a través de una reflexión tan fuerte que hizo una de sus figuras favoritas en la región. "Cuando compro algo, no lo compro con el momento de la vida que tuve que gastar ese dinero. Ali con esta diferencia. Es una vida miserable pasar mi vida para perder mi vida para perder mi vida".
Proceso de paz colombiano
En Colombia, jugó un papel clave en el proceso de paz con FARC, proporcionando legitimidad y experiencia sin caer en defensa corporativa para su pasado. Sabía cómo estar del lado de la paz sin justificar la violencia. Se dio cuenta de los antecedentes de las luchas sociales, pero cuestionó los extremismos. Es por eso que inspiró la confianza entre las partes.
Eso no fue por menos. "Pepe" El mortus no ocultó su pasado de guerrilla, pero tampoco lo celebró. Aceptó que la ruta armada era una elección de jóvenes bajo la influencia del contexto de la década de 1960, cuando la Leva europea romanticó las luchas de combate latinoamericano. Con el tiempo, entendió que la violencia no era el camino. Su auto-crisis le dio una legitimidad inusual en la izquierda latinoamericana, a menudo acusada de doble estándar contra la dictadura.
"Herbivoro Leon" y agente cambiante
Era ateo, pero profundamente espiritual en términos de naturaleza honoraria. Se define como "herbívoros sobre el león" y "guerrilla vegetariana". Este juicio se reflejó en su discurso antes de 2013. Años. En esa ocasión, criticó al modelo económico global y un culto al gasto, sus palabras, para mover el mundo.
José Mujica deja un legado inusual: que el político que permaneció fiel a sus ideas, pero que aprendió a cambiar, diálogo, reconoce los errores. No era un ideólogo no reflexivo o una conversión oportunista. Era un hombre estoico y completo, los escasos. Su coherencia de la vida, su simplicidad, su capacidad de perdonar en años en prisión y su visión crítica del mundo lo convirtieron en un símbolo ético de América Latina.
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