El cerebro humano es un órgano complejo y vulnerable a las amenazas externas, y los virus patógenos no son una excepción. De hecho, en los últimos años, los estudios científicos han demostrado que existe una fuerte conexión entre las infecciones virales y las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, el Parkinson de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrofica (ELA).
Estas enfermedades se caracterizan por una pérdida progresiva de neuronas, lo que causa deterioro cognitivo, problemas motores y finalmente, muerte. Aunque el envejecimiento, la genética ambiental y los factores ambientales contribuyen a la generación, las infecciones virales podrían desempeñar un papel importante en su desarrollo. Esto sugiere que los virus no son solo ocupantes temporales, sino que también pueden causar daño neurológico de larga distancia.
Mecanismos neurodegenerativos
Los virus pueden causar neurodegeneración a través de varios mecanismos, directa e indirectamente:
Infección directa: algunos virus, como la rabia y la poliomielitis, pueden atacar directamente y dañar las neuronas, causando su muerte.
Neuroinflación: las infecciones virales a menudo comienzan la respuesta inmune, causando inflamación crónica. Las células inmunes del cerebro, como la microglia, liberan sustancias inflamatorias que dañan las neuronas. Esta inflamación prolongada puede favorecer la acumulación de proteínas mal dobladas, como las que se encuentran en la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
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Mecanismos potenciales asociados con una infección viral con enfermedades neurodegenerativas. Destacado de "Virus y neurodegeneración: crecer en relación con". Shouman et al. (2025).
Disfunción mitocondrial: las mitohondrias - células "centrales de energía" - son esenciales para la salud neuronal. El virus como el herpes simple (VHS-1), el VIH y el Zika pueden cambiar su función, causando estrés oxidativo, daño al ADN y los problemas de energía. Esto contribuye a la muerte neuronal y las deficiencias cognitivas.
Mal plegamiento de la proteína: los virus pueden interferir con los mecanismos que manejan la calidad de la proteína en las células. Por ejemplo, VHS-1 puede cambiar la autofagia, un proceso que elimina las proteínas tóxicas, lo que lleva a su acumulación en las neuronas.
Cambiando la barrera de la sangre: muchos virus pueden dañar esta barrera protectora del cerebro, permitiendo la entrada de sustancias dañinas y células inmunes, lo que exacerba la inflamación.
Presentación y perseverancia de la fecha inmune: algunos virus, como Epstein-Barr (Web) y Citomegalovirus (CMV), pueden permanecer latentes en el cerebro, reactivarse periódicamente y causar daño. Esta presencia viral persistente puede conducir a inflamación crónica y neurodegeneración.
El papel del virus en el Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer, el estado neurodegenerativo más común, caracteriza la acumulación de taums y gritos de placa amiloide.
Algunos estudios sugieren que VHS-1, una causa frecuente de herpes de nariz fea, podría acelerar el desarrollo de Alzheimer. Este virus, que permanece latente en las neuronas, se encuentra en lugares amiloides, lo que indica que esto puede estar conectado a su formación. Además, puede causar hiperfosforilación de la tau, procedimiento clave en Alzheimer e impulsa la respuesta inflamatoria crónica en el cerebro, con el potencial de dañar las neuronas y contribuir a la neurodegeneración.
En segundo lugar, los virus de gripe y sars-cow-2, que causan CVIVY-19, también se asocian con síntomas similares a Alzheimer. En pacientes con Cowlid-19, se observaron altos niveles de biomarcadores relacionados con la enfermedad neurodegenerativa, lo que indica posibles consecuencias neurológicas a largo plazo.
Y mientras tanto, el VIH se asocia mientras se asocia con trastornos neurocognitivos que comparten características con Alzheimerov.
Enfermedad de Parkinson
Parkinsonov se caracteriza por una pérdida de neuronas que producen dopamina (dopaminérgica) y la presencia de cuerpos zurdos, formados agregados de proteína alfa-sinucleína.
Virus como la hepatitis C (VHC), Epstein-Barr (Web) y gripe y en relación con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. La neuroinflación, la toxicidad neuronal y la respuesta autoinmune que atacan las neuronas dopaminérgicas se encuentran entre los mecanismos a través de los cuales los virus contribuirían a su apariencia.
Esclerosis lateral amiotrotrofica (ELA)
ELA es una enfermedad neurodegenerativa que daña las neuronas motoras, las células nerviosas que controlan nuestros músculos. Aunque las causas precisas no se entienden completamente, se observó que las infecciones virales podrían desempeñar un papel en su desarrollo.
Un hallazgo interesante es la participación del retrovirus endógeno humano (BERV), residuos virales antiguos que se integraron en nuestros genomas antes de que se haya ido hace unos años. Por lo general, permanecen inactivos, pero en los humanos con Elaom, se notó que un tipo específico de Berve, clave, indica que el renacimiento de estos virus podría contribuir a la muerte de las neuronas motoras.
Además, los virus como Cokssackiewirus B3 (CVB3) están conectados a la enfermedad. Los estudios en animales muestran que CVB3 puede comenzar las respuestas inmunes que conducen a la degeneración de las neuronas motoras.
Finalmente, SARS-CoV-2 también se asoció con ELA progresión más rápida en algunos pacientes, fortaleciendo el vínculo entre las infecciones virales y las afecciones neurodegenerativas.
Algunos investigadores creen que los virus podrían comenzar una respuesta autoinmune en la que el sistema inmune de las células atacantes de los sistemas nerviosos, acelerando la neurodegeneración. Por ejemplo, se considera que se ha lanzado más esclerosis cuando las células inmunes atacan la vaina de Mijelinski alrededor de las fibras nerviosas. Este daño interfiere con una transmisión normal de impulsos eléctricos a lo largo de las barras.
Implicaciones para el tratamiento y la prevención
Comprender un papel viral en la neurodegeneración abre nuevas posibilidades para la prevención y el tratamiento. La vacunación contra virus como la gripe, el herpesvirus y el SARS-CoV-2 podría reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con estos patógenos. Además, los medicamentos antivirus, como el aciclovir para VHS-1, han demostrado prometer reducir el riesgo de Alzheimer.
Los tratamientos antiinflamatorios e inmunomodulación también podrían ayudar a detener el avance de estas afecciones. La investigación futura debería centrarse en el desarrollo de biomarcadores para descubrir la neurodeneración temprana que induce virus y explorar nuevas estrategias antivirales que protegen el cerebro largo.
En conclusión, la evidencia que conecta las infecciones virales con enfermedades neurodegenerativas sugiere que los virus no solo son una amenaza temporal, sino que pueden dejar un impacto permanente en el sistema nervioso. Explorando más conexiones de este tipo, los científicos podrían descubrir nuevas formas de prevenir y tratar esa enfermedad, mejorando la calidad de vida de millones de personas en el mundo.
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