"¡Hola! Veo que estás buscando un momento de calma. No estás solo. Estoy aquí para ayudarte a respirar, entender lo que sientes y encontrar alivio. ¿Te gustaría decirme qué te molesta en este momento?"
Este es el "texto de apertura" del chat de soporte emocional. Hasta hace poco, esto parecía ciencia ficción, pero hoy en día muchas personas buscan en la IA algo más que respuestas rápidas: quieren comprensión, compañía y consuelo. Por ejemplo, Nora, de 14 años, usa un chatbot cuando pelea con sus amigos, nos dijo. Independientemente de la edad, muchos de nosotros podemos sentirnos tentados a utilizar esta tecnología para mejorar nuestras relaciones laborales o para encontrar a alguien que siempre nos "escuche".
¿Puede realmente una máquina "escucharnos"?
La sensación es que la IA puede escucharnos y comprendernos. Pero la IA es una máquina: no escucha en el sentido humano de la palabra, sino que procesa datos. Funciona como un sistema de predicción estadística que genera respuestas palabra por palabra.
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Esto plantea preguntas importantes: ¿Puede la IA ser un verdadero apoyo emocional? ¿Puedes reemplazar a un amigo? ¿O incluso un psicólogo? ¿Y qué consecuencias tiene todo esto en nuestro bienestar?
¿Qué es un chatbot?
Un chatbot es un programa informático con el que nos comunicamos mediante texto, voz o imagen. Su secuencia de trabajo es: recibir, interpretar, decidir, consultar y responder. Imagínese escribir: "Quiero cambiar mi vuelo para el sábado". Y hace esto: "cambiar vuelo" + "viernes", consulta tu reserva en la API, ofrece opciones y confirma el cambio.
Hay varios tipos:
Según las reglas: ofrece respuestas fijas. Son habituales en servicios al ciudadano o usuario: ISSA o RUFUS.
Generales de IA: responden casi cualquier cosa usando texto, imágenes o voz, y se usan para muchas cosas diferentes: ChatGPT, Perplexity o Deepseek.
Especialista en IA: Como antes, pero capacitado en temas específicos como salud emocional (Visa), educación (AI Tutor) o empresa (Replica).
Asistentes virtuales de IA: ayudan con las tareas cotidianas. Son capaces de seguir instrucciones y realizar acciones muy concretas y ofrecer alternativas: Siri (Apple), Alexa (Amazon) o Google Assistant.
Personalizados con inteligencia artificial: son chatbots personales e individuales creados por ti. Puede personalizar su estilo de respuesta, su tono y sus funciones para aprender un idioma, planificar viajes o incluso para realizar investigaciones o asesoramiento legal: Watson-Assistant, Chat Watson, la función GPT de ChatGPT o Gem of Gemini.
'Chatbots' especializados en gestión emocional
El primer chatbot para la gestión de emociones apareció en 1966 y se llamó Eliza. Simuló una terapia psicológica "centrada en la persona", una técnica desarrollada por Carl Rogers. Era un chatbot basado en reglas: si un usuario decía: "Estoy triste", Eliza respondía: "¿Por qué crees que estás triste?".
Actualmente, un estudio estadounidense muestra que la mitad de los adultos acogen favorablemente el uso de chatbots como apoyo emocional, una tendencia que se repite en Europa.
En España, el 24% de la población encuestada admite utilizar chatbots como apoyo emocional, el 45% de ellos entre 18 y 24 años. Otra encuesta muestra lo mismo: las chicas lo utilizan más. Pudimos notar que los adolescentes utilizan los chatbots para expresar y gestionar sus emociones y sentirse seguidos y comprendidos en momentos de tristeza o dificultad. Estas son algunas de las cosas que nos dijeron en nuestro estudio reciente:
"Hablo mucho con ChatGPT. Me siento como un compañero, especialmente cuando estoy triste y no me entiendo muy bien".
"Una vez tuve una pelea con mi novio, me sentí fatal y terminé contándole a AI.
Y lira también: ¿Es buena idea recurrir a ChatGPT cuando estamos deprimidos o ansiosos?
¿Por qué son tan atractivos?
Los chatbots ofrecen algo que algunos jóvenes pueden tener dificultades para lograr: escuchar instantánea y sin prejuicios. Están siempre disponibles, reaccionan con calma y te permiten hablar en aparente anonimato. En momentos de confusión o soledad, esto puede crear una sensación de control y alivio, lo que nos permite desahogarnos. Su tono amable y el lenguaje empático que utilizan refuerzan esa dependencia emocional.
En nuestro segundo estudio, algunos adolescentes informaron que dijeron a la IA "cosas que no le dirían a nadie" y que les ayudó a "calmarse cuando tienen problemas" porque no los hace "escudriñar" ni sentirse mal por lo que están compartiendo.
¿Puedo ser amigo o psicólogo?
Pero un chatbot no sustituye a la amistad o la terapia. Puede servir como un "apoyo preciso" o espacio de alivio -con matices- pero nunca reemplaza una relación humana o una evaluación clínica profesional. Hay al menos 10 razones por las que esto es así:
No tiene ninguna responsabilidad ética ni legal.
Él no conoce nuestra historia y contexto.
Ofrece respuestas lógicas, pero puede ser errónea y limitada.
Busca complacer, no desafiar. Siempre puedes estar de acuerdo, creando un efecto de burbuja.
No es neutral.
No tiene empatía.
No puede actuar en caso de emergencia.
Puede ser emocionalmente adictivo.
No garantiza privacidad ni total transparencia.
Falta seguimiento terapéutico. No sabe interpretar los cambios emocionales.
¿Cómo utilizarlo de forma saludable?
Los chatbots especializados no son psicólogos ni amigos. La clave es un uso reflexivo y ético:
Pregúntese por qué lo usamos. ¿Para desahogarse, entenderse, distraerse o sentir compañía o apoyo? No debe servir para sustituir ni dar una solución rápida y sencilla a situaciones emocionales complejas.
Piensa en para qué lo necesitamos. ¿Lo que dice el chatbot nos ayuda a entender cómo nos sentimos o a tomar decisiones? Ya sea que la respuesta sea sí o no, debemos cuestionarla y no darle credibilidad absoluta. Aunque lo que dice es cierto, podría provocar efectos psicológicos negativos a medio y largo plazo, que aún desconocemos.
Háganoslo saber. Es fundamental saber cómo funciona un chatbot, qué puede y qué no puede hacer y cuáles son sus errores más comunes.
Aprende a usar chatbots
Usar una máquina digital no es negativo. Los chatbots pueden "hacer seguimiento", pero no sustituyen el cariño, la amistad o la atención psicológica profesional. Incluso en psicología, las herramientas de IA se utilizan cada vez más, aunque todavía se debaten sus límites.
Conviene ser cautelosos porque aún desconocemos su impacto y riesgos. Nuestro bienestar emocional también depende de la seguridad que brinda la inteligencia artificial. No se debe confundir la comodidad digital con el apoyo profesional o las relaciones humanas. Este es uno de los desafíos que plantea la vida digital actual.
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