Cuando Zohran Mamdani hizo campaña para alcalde de Nueva York, no parecía el típico político estadounidense: hablaba sólo inglés en sus mítines y apariciones públicas.
En cambio, cambió entre árabe, bengalí, inglés, hindi, luganda, español y urdu para conectarse con diferentes comunidades. También apareció en medios transnacionales para discutir temas que traspasaban fronteras.
Soy becario postdoctoral en la Universidad de Columbia Británica y estudio los patrones de integración de los inmigrantes y cómo se ven moldeados por la intersección del idioma, la etnia y la migración.
Para mí, la historia de Mamdani es más que un éxito local. Señala cómo la migración y el multilingüismo están remodelando la política y cómo el idioma mismo se ha convertido en la base de la pertenencia en diferentes democracias.
Política multilingüe
La campaña de Mamdani comenzó con una línea simple pero poderosa:
"Es hora de recuperar nuestro poder y liberar al sector público para que construya viviendas para la mayoría".
El mensaje resonó en todos los barrios de clase trabajadora de la ciudad: taxistas, enfermeras, repartidores y estudiantes, muchos de ellos inmigrantes que intentaban llegar a fin de mes. Lo que lo hizo aún más efectivo fue la forma en que lo expresó: no solo en inglés, sino en los muchos idiomas que hablan los neoyorquinos.
Reiteró su llamado a la accesibilidad y la equidad en árabe, bengalí, urdu-hindi y español. Sus videos y folletos mezclaban idiomas como lo hace la gente en su vida diaria, cambiando fácilmente del inglés al idioma del hogar.
Esto fue más que una traducción; se trataba de reconocimiento y conexión con las personas.
Nueva York es una de las ciudades con mayor diversidad lingüística del mundo, con más de 800 idiomas hablados. Casi el 35 por ciento de sus residentes nacieron fuera de los Estados Unidos.
Mamdani se dio cuenta de que los votantes no dejan atrás sus idiomas cuando migran. Los utilizan para dar sentido a los negocios, la comunidad y la política. Al hablar con ellos en esos idiomas, demostró que sus voces son importantes para dar forma al futuro de la ciudad.
Integración política
Este enfoque refleja lo que los estudiosos de la lingüística de la migración –el estudio de cómo el lenguaje y la movilidad se moldean mutuamente en el proceso de migración, asentamiento y pertenencia– describen como integración política multilingüe.
Así es como los migrantes conectan la identidad con la participación cívica. La campaña de Mamdani convirtió ese puente en una estrategia política: una que veía el multilingüismo no como un obstáculo para la democracia, sino como su prueba viviente.
También sirve como una silenciosa revisión de la realidad del ideal de larga data del "crisol" en Estados Unidos, que supone que los inmigrantes deben descartar sus idiomas y tradiciones para poder encajar en una única identidad estadounidense.

Los votantes de Nueva York desafían el ideal del crisol de razas de Estados Unidos, y muchos de ellos conservan sus propios idiomas y tradiciones. (Rohan Gangopadhiai/Unsplash) Campaña transnacional
Estas apariciones no fueron trucos de campaña; Reconocieron que las comunidades de la diáspora dan forma a más de una historia nacional.
La lingüística de la migración ayuda a explicar esta dinámica. Estudia cómo las prácticas lingüísticas cruzan fronteras y conectan lugares de origen, asentamiento y diáspora. En el caso de Mamdani, la comunicación multilingüe creó lo que los académicos llaman públicos transnacionales: espacios de conversación compartidos que se extienden desde Nueva York hasta Karachi y Delhi.
Cuando un político aborda cuestiones como la islamofobia, la inmigración o la vivienda multilingüe, no sólo atrae a los votantes de su país. Se ocupan del mundo más amplio de experiencias compartidas que la migración ha reunido.
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La cultura como comunicación.
El lenguaje era sólo una parte de la estrategia de Mamdani. Su campaña también utilizó la expresión cultural (comida, música y festivales) como formas de comunicación.
Desde reuniones de iftar durante el Ramadán hasta celebraciones de Diwali y ferias callejeras del sur de Asia, estos eventos se convirtieron en espacios de interacción multilingüe donde el gusto, el sonido y el ritual tenían un significado político.
La lingüística de la migración considera estas prácticas como competencia intercultural: el uso de formas culturales para expresar pertenencia y solidaridad.
La campaña de Mamdani demostró que la participación cívica no ocurre sólo en discursos o debates; también ocurre en comidas compartidas, cantos y celebraciones que recuerdan a las personas que pertenecen a la misma ciudad.

Los partidarios de Zohran Mamdani reaccionan mientras observan el regreso durante una fiesta la noche de las elecciones el 4 de noviembre de 2025 en la ciudad de Nueva York. (Foto AP/Yuki Iwamura) Lecciones para Canadá
El tipo de política de Mamdani ofrece lecciones para Canadá. Como escribí sobre este tema a principios de este año, los votantes inmigrantes y raciales ya están cambiando la forma en que se organizan las campañas y se movilizan las comunidades.
Leer más: Cómo los votantes racistas están remodelando la política canadiense a través de las redes digitales
Las ciudades más grandes de Canadá, especialmente Toronto y Vancouver, se encuentran entre las de mayor diversidad lingüística del mundo. Sin embargo, gran parte de la divulgación política todavía supone una audiencia únicamente en inglés o francés.
La campaña de Mamdani sugiere otro camino. Al involucrar a votantes multilingües a través de sus idiomas, historias y redes digitales, los políticos pueden construir relaciones más profundas y auténticas.
Es hora de que los políticos canadienses vayan más allá de los teleprompters y los traductores y aprendan y utilicen lenguas minoritarias como una forma real de conectarse con votantes multilingües, ya que constituyen una parte importante del electorado.
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