Mi padre tiene 86 años y todavía me gana en tenis. Mi madre también es octogenaria y capaz de alimentar a un grupo de nietos adolescentes hambrientos en un día de verano. Son viejos, pero sanos y fuertes. No me atrevería a preguntarles -y hasta hace poco tampoco lo hacían las estadísticas oficiales- sobre sus hábitos sexuales. En mi caso por pudor, en el de los funcionarios del Instituto Nacional de Estadística en su momento por la edad, porque esos estadísticos no se dieron cuenta de que los adultos mayores siguen teniendo relaciones sexuales.
Por eso la quinta edición del Barómetro de Consumo Senior, que dirijo, preguntó a una muestra representativa de españoles mayores de 55 años -en un amplio apartado titulado Vitalidad y Envejecimiento Saludable- sobre sus prácticas sexuales.
En concreto, se les preguntó si tienen pareja, si están enamorados y qué tan satisfechos están con su vida sexual. También si hablan de sexo con amigos y toman suplementos para mejorar sus relaciones sexuales o utilizan plataformas de citas para buscar pareja.
Vale la pena comentar los resultados para acabar con la visión absolutamente sesgada de los mayores españoles. De un modo que transmite siempre a la opinión pública una imagen de fragilidad de las personas mayores, cuando no de una edad extrema, incompatible con la buena salud de la mayoría del grupo.
No hay calidad de vida sin sexo
La realidad de este estudio es que tres de cada cinco personas mayores creen que el sexo es importante para una buena calidad de vida. Es decir, más de diez millones de españoles mayores de 55 años no entienden una vida de calidad sin sexo.
Al mismo tiempo, según esta encuesta, realizada en octubre de 2024, más de 160.000 personas de ese grupo de edad utilizan aplicaciones de citas para tener relaciones sexuales. Y casi un millón incluso están tomando medicamentos o suplementos para mejorar sus relaciones sexuales. Nada que no sea normal en otras edades, y siempre en personas sanas y vitales.
A pesar de lo anterior, como ya se mencionó, los estereotipos se han ido arraigando en nuestra sociedad, pues hasta hace unas décadas, una vida activa y saludable terminaba antes de los 50 años. Así es. La esperanza de vida durante siglos no superó el medio siglo y muy pocos vivieron hasta los sesenta; y quienes alcanzaron esa edad sufrieron problemas de salud que obstaculizaron sus últimos años.
En España, la esperanza de vida superó los 65 años sólo en 1957. Al mismo tiempo, en aquella época los años restantes de vida -y, lo que es más importante, los años de vida sana- eran muy pocos. Hoy, el consenso es que puede haber una existencia saludable durante casi dos décadas más.
Este estudio del centro de investigación Agingnomics demuestra una realidad muy distinta de los estereotipos de una población anciana frágil, entrenada en el duelo y en la espera de la muerte. Conocida como la generación de las canas, afirma disfrutar de la vida y del sexo.
De las visitas al médico a los viajes de ocio
De hecho, las personas mayores apenas acuden al médico hasta los 70 años, e incluso cuando superan esa edad, la gran mayoría (72%) sólo acude al médico menos de una vez al mes. Y al mismo tiempo, el 85% de las personas mayores de 55 años realizan habitualmente transacciones con el banco a través de Internet. El 76% realiza compras electrónicas y el 65% publica contenidos en redes sociales.
Al mismo tiempo, casi 8 de cada 10 personas de la población mayor española planea realizar un viaje de ocio o turístico a lo largo del año. Un completo control de la realidad frente a la imagen altamente sesgada asociada a la obsolescencia grupal.
Pero hay más: cuatro de cada cinco personas mayores de 55 años cuidan su alimentación para mantener una buena salud, lo que sin duda también explica que en todos los grupos de edad examinados (55-59; 60-64; 65-69 y 70+) siempre haya una mayoría superior al 60% que asocia la calidad de vida con la actividad sexual.
Consistentemente, así como no quieren abandonar la actividad sexual, tampoco (la gran mayoría del 71%) están dispuestos a ser obligados a dejar de conducir después de cierta edad. La realidad es que los mayores españoles no se sienten viejos, si por viejos nos referimos al tópico negativo.
Solo eres viejo después de los 74
Por tanto, creen que uno envejece sólo a partir de los 74 años, mientras que la sociedad, en cambio, fija ese límite en 66,8 años. La gran diferencia que sufren en cuanto a discriminación en muchos aspectos de sus vidas, también en el sexo que analizamos en este artículo.
Si te sorprendieron todos estos datos sobre el sexo mayor o incluso que incluso asociemos ambos términos, me temo que es otra confirmación clara de que la discriminación por edad sigue muy presente en la cultura española a pesar de ser uno de los países con una de las tasas de esperanza de vida más altas del planeta.
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