16. Septiembre de 2025. Año, una comisión de investigación independiente para territorios palestinos ocupados ha publicado un informe histórico que acusa a Israel del genocidio en Gaza. El documento, preparado durante más de dos años, concluye que el gobierno israelí fue creado cuatro de los cinco actos escritos en la Convención para la Prevención y Sanción de los delitos de genocidio en 1948. Años:
Asesinatos en masa.
Daño físico y psicológico grave.
Tienen la intención de imponer condiciones de vida dirigidas a destruir parcial o completamente al grupo.
Medidas para prevenir el nacimiento.
La Comisión atribuye la responsabilidad directa al regalo como primer ministro Benjamin Netaniah, el presidente Isaac Herzog y el ex ministro de Defensa, Ioava Glant, quien acusa a la dirección alentadora y política de estas acciones.
El informe documenta el tamaño de la tragedia humanitaria. En menos de dos años de ofensiva israelí, más de 64,000 palestinos, en relación con algunas estimaciones, la mayoría de los civiles (que son de estas grandes proporciones hacen mujeres y menores). Mientras tanto, cientos de miles enfrentan hambre causada por el bloque de enclave total.
Las Naciones Unidas describieron la situación como "catastrófica", señalando que los hospitales, escuelas y otra infraestructura básica destruyeron sistemáticamente a los hospitales, escuelas y otra infraestructura básica.
Doha: bombardeo contra el líder de Hamas
En paralelo con la publicación del informe, 9. Septiembre de 2025. En Doha, el bombardeo en Doha, Cathered Cat, dirigido contra los Dominios políticos domésticos. Según lo confirmado por las fuentes militares israelíes, se realizó el ataque para eliminar a los líderes de la organización que se reunieron para discutir el alto fuego. Al menos seis personas murieron, incluido un oficial de policía en Katari y varios edificios diplomáticos fueron dañados. Qatar condenó el hecho como una violación grave de su soberanía y lo describió como "terrorismo estatal".
El ataque lanzó una llamada de emergencia de la cumbre árabe-islámica en el Doha con más de 50 países, incluidos 22 miembros de la Liga Árabe y 57 organizaciones de cooperación islámica.
Tres días, los ministros de extranjeros y los jefes de los estados discutieron una respuesta coordinada. El resultado fue una declaración común que condena el bombardeo, acusa al genocidio de Israel, la limpieza étnica y el hambre como armas de guerra y advertencia sobre la propagación de asentamientos en la costa oeste. El texto también confirma la necesidad de "seguridad compartida" en la región.
A pesar de la reflexión de la retórica, la declaración no ha incluido sanciones concretas o medidas forzadas. Propuestas como el espacio aéreo para aviones israelíes, suspensión de acuerdos militares o grietas diplomáticas con Tel Aviv, pero fracasaron.
Los analistas presentes en Doha enfatizaron que esta falta de acciones efectivas refleja la gravedad de los sindicatos estratégicos y comerciales que varios países árabes desarrollaron con Israel en los últimos años.
En las siguientes ofensivas, desde la primera y la segunda intifade hasta el bombardeo de 2009, 2014 y 2021. Años, la respuesta se limitó a las condenas diplomáticas sin sanciones regionales estructuradas.
Inactividad repetida muchas veces
Esta inactividad, de hecho, se ha repetido en las últimas décadas en momentos críticos para las causas de Gaza y Palestinos. Durante la guerra en Gaza 2008-2009, conocida como "trabajo de plomo derretido", las divisiones internas de los países árabes impidieron una respuesta coordinada, limitada a declaraciones sobre convicción y tops que terminaron sin resultados concretos.
En 2014, después de la ofensiva israelí que dejó miles de muertos, la Comisión de Investigación de la ONU documentó violaciones graves, mientras que la Liga Árabe se limita al final de las hostilidades sin la adopción de sanciones o medidas de presión.
Incluso en 2021. Año, cuando la violencia fue escalada por la Liga Árabe, que no ha reenviado las comunicaciones formales, lo que ha demostrado el patrón estructural de dependencia política y económica, que es una reducción en la capacidad de la operación colectiva de la región.
Este camino histórico muestra que, además de la retórica, la falta de mecanismos de unión ha mantenido la ineficiencia de las instituciones árabes en defensa de Gaza.
El contexto actual mejora esta parálisis. Desde mediados de los años 2000, países como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos aparecieron como líderes regionales, moviendo actores históricos como Egipto, Siria o Irak. Esta nueva prioridad de liderazgo estabilidad interna y alianzas estratégicas con los Estados Unidos contra el conflicto directo con Israel.
Los contratos de Abraham, firmados entre 2020 y 2021. Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Marruecos y Sudán, consolidaron la red de cooperación militar y comercial con Tel Aviv, reduciendo el margen para las medidas de presión colectiva.
Egipto profundizó su dependencia energética a través de las importaciones de importaciones en el multilio, como el que firmó en 2019. Años y se extendió este año, mientras controla estrictamente el cruce fronterizo de Rafah para prevenir los enormes ingresos de los refugiados palestinos.
Arabia Saudita, aunque no formalizó relaciones, mantiene contactos discretos en seguridad, especialmente asociado con la retención de Irán.
La Convención de 1948 determina que toda parte del estado tiene la obligación de prevenir y castigar el genocidio, incluso cuando no están directamente involucrados, lo que implica la adopción de medidas diplomáticas, económicas y judiciales para detener los delitos de este tamaño.
La Corte Internacional de Justicia, en su juicio en Bosnia y Herzegovina contra Serbia y Montenegro, determinó que la inactividad puede crear una responsabilidad legal internacional si el estado pudiera actuar y no.
El bombardeo de Doha representa un punto de inflexión. Nunca antes de Israel atacó la capital del país del Golfo protegido por el acuerdo de defensa de los Estados Unidos desde 1972. Años. Este hecho se pregunta a Washington como garante de seguridad en la región y crea miedos, sin respuestas aburridas, lo que no se establecería que se estableciera la agresión futura sin consecuencias diplomáticas o militares.
Palabras pero no acciones
Dohimit está inscrito de esta manera, al menos hasta ahora, en la larga cadena de momentos en que la solidaridad árabe con Palestina se expresa en palabras, pero no en acciones. El informe de la ONU lanza evidencia moral y política para el capital árabe.
Si la inercia continúa, la tragedia de Gaza seguirá siendo heridas abiertas y para los pueblos palestinos y la legitimidad de los regímenes que tienen el poder de actuar, eligieron el silencio. Este es el caso de la actual Unión Europea, excepto cuando el clima se mueve para salvar la piel política del presidente de la Comisión Europea, Ursule von der Leien.
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