1962 Mario Vargas Llosa ganó un breve premio de la biblioteca con la ciudad y los perros. Carmen Martin Gaite, con su lento ritmo de romano, era finalista.
En 2025. Años cuando marcamos el centenario de Salamanca y recientemente en este momento clave, nos detenemos en la historia de la literatura latinoamericana en el siglo XX para construir un canon de la novela española moderna.
Nueva recompensa
Carlos Barral creó en 1958. Una biblioteca corta. El poeta y editor decidió establecer este premio por mejorar el acceso innovador, experimental y de hoja al catálogo editorial.
Como explicó, el premio recibiría una novela para "necesitar contar entre aquellos que dan una renovación real o entre los cuales se sujetaron estrictamente a los problemas literarios y humanos estrictamente".
Esta modernización de las obligaciones implicaba que se sabía que Barlal enfrentaba coraje y pragmatismo necesarios para colocar el premio como uno de los más relevantes para la literatura española.
Sin conocimiento, contribuyó al desarrollo de tal boom latinoamericano colisorio.
La novela revolucionaria

Mario Vargas Llosa en 1988. Archivos de la Universidad de St.Gallen / Regina Kuhne, CC BI-SA
Cuatro años después, el joven y desconocido escritor peruano ganó el premio. Se llamaba Mario Vargas Llos. Aunque tenía más de varios ensayos detrás de él y la actuación ocasional de las críticas literarias, su tradición de novela, corta y corrosiva, no pudo evaporarse cada vez más con los cuerpos cortos de la biblioteca de la biblioteca. La ciudad y los perros eran un artefacto literario ambicioso y agresivo, estructurado en el desafío del fragmento y el fuego marcado por la violencia institucional.
Recompensas esta historia, Barral ha publicado una nueva narrativa latinoamericana, un enviado de vientos renovables que son de los latinoamericanos y que ingresaron sin miedo o complejo en dialéctica con la gártice -ganctica europea y estadounidense. Laurear para Vargas Llosa significaba apostar por esa flecha que ya era ANCILL.
La pregunta es ¿por qué es el segundo lugar para ralentizar el tempo? ¿Qué lugar era para una novela diametralmente opuesta de la historia ganadora?
Dos formas de sacudir la literatura
La ciudad y los perros y el ritmo lento no pueden ser novelas más diferentes. Primero, se colocó en una escuela militar en Lima y, gracias a la estructura narrativa fragmentaria, la historia muestra constelaciones de votos que articulan feroces críticas a las instituciones autoritarias ante el lector. Debido a la profundidad psicológica de sus personajes, por su violencia real y simbólica y en su voluntad, heredó a su maestra por Vilija Faulkner, Vargas Llos llegó a considerar una historia fuerte y valiente de una manera diferente.

Carmen Martin Gaite en la presentación del libro Perpetual Orgy, Mario Vargas Llosa, 1995. En Casa de Americi. Casa de América / Flickr, CC BI -NC -NDD
En contraste, Carmen Martin Gaite entró en un ritmo lento en la conciencia del viejo hombre que, por la cantidad psiquiátrica susceptible, tomó las acciones de su existencia. Novol usa la introspección como un motor narrativo que propondrá una narrativa centrada en el tiempo interno de carácter en la Sra. Dallin, del que Martin Gaite será, por cierto, traducción al español, o Italo en Zeno.
Centrarse en la subjetividad, el monólogo interno y la atención para obtener detalles, Roman Martin Gaite no parecía responder, y priori, en los estándares marcados por Barral. Sin embargo, fue una provocación para el establecimiento literario del tiempo y, tal vez por eso, el pensamiento de Barrral, se merecía ser el finalista.
Porque Martin Gaite también era un texto escrito que se suscribirá, causará y molestará. De hecho, ella y su amiga Luis Martin Santos fueron los primeros escritores españoles que desafiaron la superioridad superando el realismo de la naturaleza española de la posguerra. El momento del silencio y el ritmo lento representa "dos intentos aislados de dirigir la historia del análisis psicológico del signo", como escribió el escritor en su "nota" en la tercera edición de la novela. Lea a partir de hoy, el ritmo lento es un aviso igualmente extraño como el trabajo de Vargas Llos, pero menos extraordinario.
El jurado recompensó el poder narrativo del trabajo peruano. Pero darle a Martin Gaite ese segundo lugar a lo que puso en una estera de historia literaria no solo era la elección estética, sino dos formas de pensar en la literatura.

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Salvó el momento
Apoyar a la biblioteca del cuadragésimo breve en 1962. Los años no es un ejercicio de arqueología literaria. También es una interpretación de un momento literario que marcaría los destinos de los idiomas latinos modernos.
Para Vargas Llos, fue un arma inicial para la carrera para liderar al Nobel. Para Martin Gaite, por otro lado, era necesario apoyar que continúa escribiendo desde los márgenes y con una lealtad inquebrantable a una narrativa de baja voz.
Ahora podemos interpretarlo como una intersección en los caminos de dos tamaños del narrador latinoamericano. O, ¿qué es lo mismo, dos formas simbólicas de entender la literatura?
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