En España, los estudiantes básicos y medios tienen unos 80 días de descanso en el verano. Esto representa una diferencia importante en términos del resto de los países europeos: entre las seis semanas que los niños tienen en Dinamarca o los Países Bajos, en 14 semanas en algunas regiones italianas, el promedio de los países de nuestro medio ambiente es de aproximadamente 10 semanas. Cada verano, por lo tanto, creemos si las vacaciones de verano asumen muchos días de "vacaciones" o, por el contrario, un descanso necesario.
La evidencia científica respalda la idea de disfrutar de casi dos meses y medio de descanso, podría tener un impacto que no sea necesariamente positivo para el aprendizaje que los niños han ganado en estas fases educativas. Incluso en períodos de vacaciones más cortos, algunos estudios han notado pérdidas pequeñas pero significativas en áreas como la ortografía y la lectura.
Conocimiento procesal y práctico
Esto es lógico, porque son habilidades de lectura, escritura y matemática que, como todos los conocimientos de procesos, aprendidos y reforzados por la práctica. Si no vamos a clase, las oportunidades para el desarrollo de estas habilidades domésticas son escasas.
Por lo tanto, el conocimiento adquirido en la escuela puede perder (lo que en la jerga educativa se conoce como "pérdida del aprendizaje de verano"). En cualquier caso, este desgaste, según varios expertos en temas, no afecta a todos los estudiantes por igual. Los niños del medio ambiente con un nivel socioeconómico bajo o con un rendimiento académico inicial más bajo sería un mayor riesgo. Pero el fenómeno es complejo y no se limita a estos grupos.
Fácil de revertir
A pesar de esto, esta pérdida parece ser revertida al comienzo del curso. Después del verano, puede dedicar unos días para recibir conocimientos y habilidades perdidas antes de progresar en la agenda.
Las vacaciones permiten que las niñas y los niños llenen energía y les ofrezcan más oportunidades para lograr su autonomía y tomar decisiones: todo eso es necesario. Pero en el caso de largos tiempos de verano, también pueden usarse para fortalecer lo que aprendieron y facilitaron su recuperación. En este sentido, las prácticas repetidas y mimadas son clave. Es obvio que revisar completamente el plan de estudios que corresponde al tipo de cambio nuevo es incierto, no solo debido a limitaciones temporales y de recursos, sino también porque no es el propósito de las vacaciones.
Entonces, ¿cómo podemos reducir la obligación en la escuela en el aprendizaje, aunque garantizamos al resto de niños y adolescentes durante las vacaciones de verano?
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Continúa aprendiendo sin renunciar a descansar
El período de vacaciones ofrece un entorno ideal para el aprendizaje no formal basado en experiencias reales, lejos del formato académico. En ese sentido, los niños y los adolescentes pueden:
Lea gratis (explorando todo tipo de textos fuera del campo escolar).
Realice actividades diarias (principalmente, esferas domésticas como cocina, donde las decisiones toman, leen recetas y aplican cálculos matemáticos de manera práctica).
Practique actividades deportivas (promoviendo la actividad física y los hábitos saludables).
Vaya a los talleres de temas específicos de su elección (favorecer su autonomía y dar la oportunidad de aprender fuera del contenido de la escuela; por ejemplo, robótica).
Asista a los campamentos de verano (vive con otros "igual" y desarrolla habilidades sociales, además de promover la autonomía).
Jugar (combine la interacción social con la gestión de la información, para que se procesen la atención y la memoria).
Visitas a museos (es una forma de enriquecerse en el año escolar en el año escolar con experiencias reales, además de la curiosidad, entre otros aspectos).
Participe en programas educativos (especialmente para estudiantes con dificultades en el aprendizaje o socialmente vulnerable y dirigida a fortalecer áreas básicas como la alfabetización).
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Mejorar el aprendizaje en el verano
Si bien las vacaciones de verano lo suficiente como para compartirlos para continuar aprendiendo, no debemos olvidar que los períodos de descanso también son básicos para fortalecer el aprendizaje. Estos meses pueden aprovecharse como una oportunidad para buscar el equilibrio entre los períodos de descanso y la realización de actividades estimuladas para los niños.
También es una oportunidad ideal para que los niños y adolescentes tomen la iniciativa y tengan la autonomía necesaria para elegir las actividades en las que desean participar y organizar su horario durante estos meses.
El verano es un entorno menos estructurado de la escuela, sin horarios rígidos o actividades de planificación estrictas. La sensación de que hay demasiado tiempo en nuestras manos puede conducir a prácticas prácticas inusuales, como el abuso de pantalla o la actividad física reducida.
Dar opciones con hijos e hijas para que aquellos participantes en la gestión de su tiempo y preferencias sean esenciales para garantizar que las tareas de aprendizaje sean positivas. No se trata de llegar a casa en casa, sino ajustar las oportunidades de aprendizaje a las peculiaridades de la estación, jugar a niñas y niños para divertirse. De esta manera, pueden tener más opciones reales para lograr su autonomía.
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