La movilidad se está desarrollando rápidamente, especialmente en Europa, y esta transformación no solo se refleja en los tipos de vehículos utilizados, sino también en los propios ciudadanos. La motivación, las preferencias y los valores sociales cambian rápidamente.
Las innovaciones como los automóviles eléctricos y autónomos prometen transportar más sostenibles, más eficientes y más limpios. Como resultado, las políticas públicas y el discurso ahora se centran en llevar a cabo y preparar a la sociedad para esta nueva generación de vehículos.
Sin embargo, en los últimos años, también hubo un crecimiento exponencial de servicios de transporte parcial, como Uber y Cabify, así como aplicaciones para bicicletas eléctricas, scooters y ciclotores, como Lime, conocido colectivamente como MAA (Inglés Acrónimo de movilidad como servicio). Esto reveló algo inesperado: hoy, las personas están menos preocupadas por el tipo de vehículo en el que viajan y usan más. Para muchos de nosotros, lo más importante es simplemente llegar a nuestro destino, más que la imagen que diseñamos mientras lo hacemos.
Más que la tecnología, la movilidad siempre ha gestionado las tendencias sociales y las normas culturales que se desarrollan durante el tiempo. Por lo tanto, la revolución del transporte actual ya no depende del grupo de ingenieros, sino también de comprender las verdaderas necesidades de los usuarios.
Superar el "auto entero"
Aunque el cambio es gradual, no hay duda de que los jóvenes europeos de hoy ya no están representados porque tienen o usan un cierto tipo de vehículo. Los datos muestran que superamos lo que se conoce como el fenómeno "superior", y las últimas décadas revelan una fuerte caída en el número de personas que reciben una licencia de conducir.
Después de la vivienda y la comida, el transporte suele ser el tercer costo más importante de los hogares, que utiliza un automóvil para una fuente constante de preguntas, especialmente para los jóvenes: ¿por qué comprar un automóvil si puede alquilar? ¿Por qué no usar Uber, Cabify o un taxi? Si no tiene la intención de comprar un automóvil (o no se puede permitir), ¿por qué intenta obtener una tarjeta de conductor?
Consideraciones cada vez más prácticas o personales, como valores, circunstancias personales, conciencia ambiental, sentimiento de libertad, edad, edad, edad, ingresos o posición geográfica, prevalecientes sobre la posesión de un tipo particular de vehículo.
Histórica, movilidad: la investigación de cenizas se centró en vehículos (como limpiado, más inteligente, automatizado) sin prestar mucha atención a las personas que los usan. Sin embargo, la reducción de la venta de vehículos y el aumento de las nuevas opciones de transporte pregunta las necesidades y preferencias de las personas en el centro de discusión.
Uno de los ejemplos más claros de este cambio es la percepción de los automóviles privados. Mientras que las generaciones anteriores soñaban que tenían un automóvil, entre otras cosas, porque simbolizaba el estado, la libertad y los adultos, los jóvenes de hoy generalmente consideran costos innecesarios o incluso al cargar el medio ambiente. Los fenómenos como el "pico" y el crecimiento de MAA muestran que el valor se asignó a la propiedad y el uso del automóvil alcanzó su límite.
Sin embargo, debe reconocerse que para muchas personas viven más allá del transporte público y MAA, como en las zonas rurales o suburbanas, un automóvil privado sigue siendo esencial. Lo mismo puede decirse sobre las familias con niños pequeños o con mayores o ensaladas con discapacidades.
Desconfianza y dilemas éticos
Los datos de investigación muestran que la evolución tecnológica no siempre es socialmente aceptada. En el caso de los vehículos eléctricos, muchas personas todavía creen su autonomía y, a pesar de los beneficios ambientales reconocidos, su costo sigue siendo demasiado alto para muchos, especialmente para los jóvenes. También hay serias dudas en la disponibilidad de estaciones de recarga. Como resultado, la conciencia ambiental generalmente se deja en el fondo del pragmatismo.
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Los vehículos autónomos también plantearon problemas éticos. ¿Quién es responsable en caso de un accidente? ¿Cómo se toman las decisiones en situaciones de emergencia? ¿Quién intentará salvar el vehículo si el accidente es inevitable? Este dilema ético, estrechamente relacionado con el famoso problema del tranvía, requiere que la regla sea establecida por los vehículos autónomos programados para salvar tantas vidas humanas como sea posible.
Además, no existe una legislación única para vehículos autónomos en todos los países europeos. ¿Por qué el consumidor compró un automóvil autónomo si no estaba permitido o se le permitía usarlo?
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También hay una preocupación creciente por la privacidad. Para usar un vehículo autónomo, debe indicar a dónde va. Esto establece serias dudas sobre quién tiene acceso a esta información. ¿Es solo un vehículo o podrías ser tus padres o tu pareja?
Todos agregan la creciente popularidad de los scooters y las bicicletas eléctricas entre los jóvenes (y no tan jóvenes). La atractividad es visible: son rápidos, asequibles, pueden circular tanto en las carreteras como en las áreas peatonales y no necesitan un espacio de estacionamiento. También se pueden usar en trenes o autobuses, una forma de transporte conocida como multimodalidad.
Es obvio que no será solo un hombre reemplazar autos privados. La transformación de la movilidad requerirá un equilibrio entre la tecnología y las realidades sociales. Ninguna solución fallará si no lo creen, ni si apaga la mayoría de la población (velas o mayores, urbanas o rurales, personas solas o familias, o si no satisfacen sus diferentes necesidades.
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Gente en el centro de movilidad mañana
La forma en que nos movemos en Europa no solo cambia para la tecnología, sino también en nuestra forma de pensar. Para que funcionen los sistemas de transporte, debemos entender cómo las diferentes personas ven, usan y adaptan a estas nuevas formas de moverse.
Esto significa que los gobiernos, las empresas y la innovación deben trabajar juntos. No es suficiente que el transporte sea rápido o respetado ambientalmente, también debe ser asequible y accesible para todos, teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada sector de la sociedad. Esto significa que la tecnología no puede ser excluida de la vida real. Debemos aprender a las personas para usar herramientas digitales, asegurarnos de que todos tengan acceso a nuevos servicios y sistemas de diseño que adapten la forma de vida real.
Solo poner a las personas en el centro de estos cambios puede beneficiarse completamente de la revolución de la movilidad que ya está en progreso.
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