No hay duda de que el padre es una cifra de que los niños tienen una importancia básica. Desde el psicoanálisis, está destinado a tener una función que la madre separa de la madre y la representa a la sociedad.
El padre es el primer hombre, un espejo en el que el hijo parece entender quién es y cómo conectarse con el mundo. Su identidad será falsificada en el diálogo con la lectura que trae al padre. Con varias opciones, conscientemente o inconscientes sobre las imitaciones, la oposición o la negociación, como su identidad de género, una relación con sus emociones, en la forma en que lo experimentará en la forma en que lo experimentará con su entorno.
La lectura, además de ayudar a la alfabetización, tiene un enorme poder como resultado de la realidad. Los textos no solo están leyendo: todo en la vida es la historia que decimos (y me lo decimos solo). Dependiendo de la interpretación que hagamos de esa historia, que puede variar, dependiendo de nuestras experiencias vitales, negocie y modifique hasta que obtengamos una historia que nos permita vivir en paz y coherencia.
Todo el objetivo es perfectamente visible en uno de los subgéneros literarios que se derraman durante el siglo XXI, con la excepción durante los KSKS, en el género de la autobiografía, como la patriografía. Estas son historias autobiográficas dirigidas a las relaciones entre padre e hijo.
En general, el niño desarrolla una búsqueda para romper la figura paterna, darse cuenta de cómo afectó quién es, libre y configurarse en plena autonomía. Las siguientes cuatro novelas son un ejemplo de ello.
Mi padre y yo, de jr ackerlei

Anagrama
En 1968. Año, Ackerley dio una gran novela en la que se atrevió a devolver la figura paterna en modo póstumo.
En su viaje, descubre que cuando era niño como experimentaba a su padre como un claro ejemplo de masculinidad normativa. Rompe sus intentos de convertirse en un adulto con suficiente justo para participar en el mundo y sus necesidades.
En ese espejo en el que se ve Acherley, características como la heterosexualidad, el silencio, la violencia, la ausencia de emoción, elimina la resistencia al dolor o el dominio. Como consecuencia, el héroe principal de mi padre y yo, en la lectura de imitación inconsciente, veremos su deseo de amar y vivir su homosexualidad.
Mi oído en su corazón, Hanif Kureishi

Anagrama
En esta novela, publicada en 2004. años, Kureishi sale en busca del padre para construir una historia que permita que se encuentre en un mundo posmoderno fragmentado y carente de seguridad.
Es interesante que esta gira se realice directamente leyendo. El viaje de la iniciativa lee el libro que su padre nunca logró publicar y testificar su carrera vital a través de los libros. Además, explora a los padres y los niños tres generaciones diferentes, que se encuentran en aspectos, como la construcción de masculinidad y acceso a la cultura.
La distancia que nos separa de Renato Cisneros

Planeta de libros
2015 es el año en que Cisseros publica la distancia que nos separa. En esto, el autor-barrier, en un gran valiente de coraje, que busca padre, también póstumo, para encontrar piezas perdidas de su identidad.
Mediante el diálogo entre hechos, recuerdos y su lectura, el antihéroe investigará, a través de la recuperación de la memoria familiar y histórica, de diferentes maneras leyó a su padre y cómo cambió su identidad y posicionamiento en el mundo. Esto permitirá al lector pensar en la masculinidad normativa a su vez.
Vengo de ese miedo, Miguel Angel Oeste

Planeta de libros / tetas
Finalmente, el motor que se mueve hacia el oeste para atreverse a escribir para venir de ese miedo (2022) es su propia paternidad. Este evento vital lo lleva a decir adiós a todo el horror que se sintió en su infancia para tratar de entender cómo se mantuvo esa sensación de pánico. La novela es la historia del abuso familiar y sus consecuencias para la identidad y el desarrollo de una persona.
Corazón, las llamadas del lector a seguir al autor para que se vayan al infierno para poder entender al Padre, vencerlo y poder vivir en libertad. Una historia que muestra la lectura de negociación acortada, el miedo se transfirió de generación a generación y por qué es imposible disfrutar de la vida completa.
En conclusión, leer no solo es como un medio básico para comprender la identidad de los niños frente al padre. Estos trabajos también muestran que la misma literatura se convierte en espacio para la reconfiguración de la identidad, un lugar que nos permite descubrir esos textos familiares que se tatuaron en los cuerpos y tuvimos que negociar para estar solos. El espacio en el que harán una historia que nos lleva a comprender y al mismo tiempo para concluir la paz con nuestro pasado para superarla.
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