
Bogotá.- El presidente colombiano, Gustavo Petro, desató una tormenta diplomática al afirmar que los dos cadáveres descubiertos en la playa de La Guajira eran pescadores dominicanos muertos en lo que afirmó fueron bombardeos estadounidenses, informó AFP. Los cuerpos, encontrados cerca de un pequeño pueblo de pescadores la semana pasada, mostraban signos de mutilación (faltaba un brazo) que, según Petro, podrían ser evidencia de ataques de las fuerzas estadounidenses a presuntos barcos narcotraficantes en aguas del Caribe.
La acusación se produce tras una serie de operaciones militares estadounidenses dirigidas a presuntos buques de narcotráfico desde septiembre, con casi 20 embarcaciones atacadas tanto en el Caribe como en el Pacífico. Petro afirmó que las fuerzas estadounidenses ya han contabilizado 87 muertes en estas misiones y afirmó que se trata, en realidad, de "ejecuciones extrajudiciales" y no de puras operaciones antinarcóticos.
"Los pescadores aparentemente bombardeados en el Mar Caribe parecen ser ciudadanos de la República Dominicana", escribió Petro en X, llamando a la unidad de investigación CTI de Colombia y solicitando la cooperación del gobierno dominicano para identificar adecuadamente a los fallecidos. También argumentó que el incidente representaba una violación más amplia de los derechos soberanos del Caribe, señalando que "no hay aguas internacionales en el Caribe; pertenecen a nuestras naciones caribeñas".
Según AFP, la policía colombiana confirmó que los cuerpos fueron encontrados la semana pasada, pero aún no ha determinado la causa de la muerte. El desafío de Peter es presionar a las autoridades de Colombia y República Dominicana, planteando preguntas apremiantes sobre si los ataques estadounidenses en aguas internacionales se están llevando a cabo con suficiente respeto por la seguridad de la gente de mar y la jurisdicción nacional.
Este desarrollo podría escalar hasta convertirse en una crisis regional. Petro pidió al gobierno dominicano que ayude a identificar a las víctimas, mientras defensores de derechos humanos y expertos legales están dispuestos a cuestionar la legalidad de las operaciones estadounidenses. Si se confirma, las muertes de los ciudadanos dominicanos podrían perturbar las relaciones diplomáticas y dar lugar a llamados a la rendición de cuentas en foros internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
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